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domingo, 24 de diciembre de 2017

Quién no es extremista?

Creo que los conceptos de radicales, intransigentes o extremistas los tenemos asociados a grupos, agrupaciones, sectas o religiones; en concreto a sus adeptos, afiliados, simpatizantes... Nos olvidamos de una inmensa mayoría de extremistas que no están en esos colectivos, nosotros mismos.

Hoy en día, un uso de las redes sociales es el boicot (linchamiento) a una empresa, tienda o departamento de alguna entidad, en cuanto hemos tenido un problema con ellos. Partiendo de la premisa que tenemos razón, normalmente es así, magnificamos nuestra demanda para que con su repercusión obtener qué, en concreto?

No ponderamos la situación, afortunadamente ninguna es de vida o muerte, y vemos que si con nosotros han metido la pata con otros 100.000 o 1.000.000 lo han hecho bien; es decir, con un margen de error insignificante. Pero como nos ha tocado a nosotros ya merecen que los cortemos la cabeza públicamente. Si a nosotros mismos, cada vez que hemos hecho una pifia en el trabajo, nos hubiera pasado esto creo la mayoría estaríamos en el paro.

Sinceramente creo que no deberíamos sacar los pies del plato, el tema se arreglará y echar leña al fuego no nos da más razón por mayor apoyo que tengamos. Si no hubiera otra vía pues a quemar el bosque para espantar los lobos. No hablo por hablar ni por defender multinacionales, la fuerza solo cuando sea necesaria. Se lo que es estar en situación de indefensión durante meses y curiosamente su enlace comercial de Twitter, en correos privados dando mis datos, me encauzó el tema y se fue resolviendo.

Por experiencia lo primero que valoro antes de reclamar es si me merece la pena el tiempo que puedo perder en dar explicaciones. Después, ya se que hasta el segundo o tercer filtro de atención, no voy a conseguir nada. Al final, me darán la razón y todo arreglado menos el tiempo perdido, el cabreo me lo ahorro yo mismo. Ellos no son tontos, manejan estadísticas y saben que actuando así mejoran sus ratios de calidad, además, a mayor nivel mejor atención por parte de quien atiende.

JM Vanjav WordPress

Relatos de la tertulia de las diez: El saco de dormir de Elder

Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula un nuevo relato para la ya conocida Tertulia de las diez.

Elder, tenía un buen trabajo y pudo permitirse comprar un adosado rústico cuando sintió que la ciudad lo agobiaba, quería tranquilidad y contacto con la Naturaleza. En pocos meses su vivienda de campo estuvo totalmente acondicionada, para poderla usar a diario si le apeteciera o solamente los fines de semana.

Lejos de las luces de la ciudad podría ver las estrellas en las noches despejadas; o sentir ese aire fresco pero limpio cada mañana según saliera por la puerta; o ver a la tierra beber la lluvia tras los cristales. Y tantas cosas más que, la urbanidad del asfalto y el hormigón, le habían vetado en su piso céntrico.

Después de varias semanas en su nido campestre, el urbanita, se sentía como enjaulado en una casa rodeado de Naturaleza; donde las comodidades de la misma, no le dejaban contactar con el exterior, son cosas que pasan.

Entonces, un día navegando por internet tuvo la feliz idea de comprarse un saco de dormir de montañero de alto aislamiento térmico, así se definía la oferta que vio en el portal de ventas. Mientras daba el click de aceptación del pago, su sentido común le reprochaba --otra tontería más, macho. Menos mal que al ser una oferta ni tan cara te va a salir.

Reabrió los ojos, la primera vez le pareció que estaba todavía soñando, una respiración agitada y unos lenguetazos le habían sacado de su letargo. Era Toby, el perro a medias entre su vecino y él mismo, el fiel animal tenia divididas sus atenciones entre los dos vecinos y escogía con quien estar, a ellos les parecía bien y todos contentos. El aire fresco de la mañana le llenó los pulmones del oxígeno más puro que nunca había respirado.

Epílogo

Aquella fue la primera noche que Elder había dormido al raso en su vida, le costó coger postura tumbado encima de la hierba de su jardín, pero con su saco de dormir de montañero de alto aislamiento térmico no había pasado frío, a pesar de la helada. En cambio, pudo contemplar un cielo estrellado, pensando en cosas en las que nunca solía hacer, hasta que la relajación le llevó a dormir plácidamente.

JM Vanjav WordPress

Relatos de la tertulia de las diez: El recolector de almas

Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula un nuevo relato para la ya conocida Tertulia de las diez.

Juan no era un curandero ni un sanador al uso, los cuerpos moribundos a los que visitaba no se recuperaban, solamente, morían en paz. Esa era la profesión no oficial de este huérfano encontrado, a la puerta del ayuntamiento siendo un bebé. Juan fue un poco adoptado por todos los vecinos, en estos tiempos que la juventud de los pequeños pueblos era casi inexistente.

Hasta los quince años o así, Juan no dio a conocer sus facultades. La tía Rosario, la estanquera y cantinera, andaba en esa época muy delicada y después de sus casi noventa años en el negocio quería morir en su pueblo; ir al hospital, seria una traición de última hora, que no contemplaba la buena señora. Juan, que a la postre heredaría el negocio, aquella tarde, la última de la tía Rosario entre sus vecinos, fue a visitarla como todos los días a contarle las pequeñas novedades de la cantina. Al verla tan consumida, como una vela a punto de apagarse, instintivamente la cogió de la mano. En los segundos siguientes el rostro de dolor, de la buena mujer, se transformó en una cara de paz absoluta, la mirada perdida recupero la visión para fijarse en el muchacho y esbozando una sonrisa, un perceptible gracias, fue su plácida despedida de este mundo.

Todos los presentes, el alcalde viejo, el boticario, Rosa la marquesita y la Sra. Carmen; vieron como la agonía, de su amiga y vecina, se transformo en una feliz muerte. Durante los siguientes años este hecho se repitió cada vez que alguien se encontraba en los estertores de la muerte. Los pueblos vecinos, sabedores del curandero, llamaban a Juan para que también les diera paz a sus seres queridos.

Solamente Daniel; el alcalde joven, hijo por supuesto, del alcalde viejo, se mostraba reticente con Juan. Nunca discutieron fuerte, ni mucho menos se enfadaron, simplemente no eran amigos y mantenían una relación cordial pero sin mayor trato. Cuando el padre de Daniel precisó los servicios del curandero, el alcalde joven se encontraba en la capital y no pudo despedirse de el. Tal vez por eso y que su madre, que precisamente se llamaba Juana, quería a Juan como un segundo hijo, había convertido el distanciamiento en algo de animadversión hacia el curandero.

A sus setenta y tantos Juan y Daniel, ambos jubilados y dedicados a la vida contemplativa de los pequeños pueblos, se sentaban todos los días en mesas contiguas de la cantina, a pasar las mañanas y muchas tardes, siempre que el tiempo lo permitiera. El primero en llegar saludaba y el otro respondía, al marchar la misma cortesía pero en todo el tiempo que estaban allí, si nadie les preguntaba, no cruzaban una palabra más. La señora Juana ya andaba cerca del cumplir el siglo y, aunque había sido de buena naturaleza, todos suponían que ese sería su último invierno, incluidos sus dos hijos. el legitimo, y el adoptado de corazón; que se pasaban el día, juntos sin cruzar palabra, sin haber nunca discutido.

Hacía frío esa tarde de febrero, y Daniel iba a decir hasta mañana como todos los días que se marchaba antes que Juan, cuando de la cantina salio Manolo el muchacho que la llevaba desde que el curandero se jubiló; no hizo falta que dijera nada, los dos vecinos y no amigos, intuyeron que Juana estaba muy mal. --Me acompañas a ver a madre?-- Dijo Daniel al curandero, retóricamente, en un tono que no dejaba duda de la gravedad.

En un pueblo pequeño, todas las casas están cerca, y la de los alcaldes está junto al ayuntamiento, en frente de la botica y del bar estanco. Al entrar en la habitación de Juana, las dos viejas comadres que quedaban vivas la hacían compañía, la mujer del alcalde viejo estaba postrada con la mirada perdida en el techo y los brazos extendidos a lo largo, por su débil respiración parecía que se estaba preparando para cruzar el último umbral. rápidamente, los dos casi hermanos, se pusieron a cada lado de la anciana mujer y cada uno la tomo de la mano que le correspondía.

El ritual se volvió a repetir por enésima vez desde la tía Rosario, en esta ocasión la mirada se centro en sus dos niños; el rostro, casi centenario, pareció estirarse para llenar todas esas arrugas de paz y esbozar una sonrisa. El gracias justo antes de morir, plácidamente, fue oído por los cuatro presentes. Dos de los cuales, después de setenta años, también, conectaron y a partir de entonces, todos los días en la cantina compartieron mesa y conversación.

JM Vanjav WordPress

Relatos de la tertulia de las diez: La sombra siniestra

Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula empezaré con un relato para la ya conocida Tertulia de las diez. La verdad es que me fui por las ramas y me quedo un poco largo para mi blog de 500 palabras, así que lo pasaré en tres veces para que se digiera mejor.

--------- I ----------
El dicho de tener miedo hasta de su sombra, seguramente tenga un origen más o menos documentado. Yo, por mi parte, conozco un caso real del mismo, por respeto a  mis amigos y evitar alguna mala interpretación, he cambiado cualquier nombre o lugar que pueda mencionar.

A los veintitantos salir de noche y recorrer dos o tres farmacias de guardia, así llamábamos a los locales que a partir de la media noche nos daban cobijo y bebida, vamos los típicos pubs. Nuestra cuadrilla, entre semana era triadilla y, a una ronda por cabeza, podíamos volver a casa somnolientos, pero enteros, de madrugada.

En una ocasión hablando de películas de miedo y cosas sobrenaturales, Damian nos confesó que el por la noche, estando él  quieto, veía a su sombra moverse. Era ya la última parada y, tanto Víctor como yo, pensamos que nuestro amigo o quería hacerse el interesante o tomarnos el pelo, más lo último por el tono bajo y sombrío de decirlo.

Como la cosa prometía y no eran ni las dos, echamos a suertes quien pagaría la primera ronda extra de esa noche. Me tocó a mi, al volver con las tres pintas, Damian después de un largo y lento trago, nos empezó a dar los detalles de sus visiones.

--Cuando nos despedimos, me acuesto normalmente y en  mi cuarto sólo queda la pequeña luz del radio despertador que me da algo de sombra y se refleja levemente en el espejo que tengo enfrente.

--Pues hace un par de semanas me desperté e instintivamente me giré para ver la hora, las 5:20 y pensé en volverme para el otro lado e intentar dormir de nuevo. Lo hice pero mi sombra del espejo no se movió. No lo entendía y levante un brazo, en la pared vi la tenue sombra y en el espejo estaba yo pero no mi sombra. Bueno me dormí al rato y me olvidé de ello.

--La semana pasada, me desperté pero no miré el despertador, en el espejo salía una sombra, mi sombra, pero encima mio como si me observara. Pensé que estaba soñando y miré la hora, las 4:43, al volver a buscarla en el reflejo ya no estaba, levanté el brazo y lo mismo, tampoco aparecía; en la pared veía su sombra, moviéndose igual que mi mano, pero en el espejo no había ninguna. Esa noche ya no volví a pegar ojo.

--Ahora, todas las noches me despierto y con los ojos entre abiertos veo esa sombra que me observa al otro lado del espejo. Si cambio la vista para ver la hora, desaparece y me vuelvo a pasar la noche en vela. No es que tenga miedo pero no descanso nada, así que ahora si me despierto, me quedo quieto mirando la sombra sombre mi, sin moverme, esperando volver por cansancio a dormir.
Al final, de su relato, los tres habíamos pagado una ronda adicional, esa noche si nos íbamos a retirar cargados. Nos despedimos y quedamos en seguir hablando del tema en la siguiente salida.

--------- II ----------
Pasaron unos días, más de una semana, a Víctor y a mi nos coincidieron cuestiones personales, Damian también anduvo algo esquivo. No pudimos seguir hablando de ello, tan pronto como hubiéramos deseado, para intentar desentrañar el misterio.

Cuando por fin pudimos quedar para hacer nuestras paradas en las farmacias de guardia, andábamos ya con ganas de ello, rara vez habíamos estado tantos días sin tomar algo. Victor y yo ya estábamos en nuestra primera parada dando los cinco minutos de cortesía a Damian antes de pedir.

Nuestro amigo entró por la puerta, al verlo nos sorprendimos, e inconscientemente nos miramos el uno al otro, como si no creyéramos lo que estábamos viendo. Damian era veintipocos y nosotros veintitantantos, pues bien parecía casi nuestro tío, el pelo medio encanecido y las ojeras le llegaban a la comisura de los labios. Hasta la ropa que llevaba parecía arrugada y sin ningún apresto.

Esa noche los tres sabíamos que iba ser de ronda doble, como la última vez que nos vimos.

Damian nos contó lo acontecido, no había habido cambio alguno, sólo que ahora después de la primera hora de sueño profundo se despierta y pasa el resto de la noche viendo de reojo a su sombra encima suyo, observándolo y moviéndose, en torno suyo. La silenciosa visión le deja totalmente estremecido y ya no puede conciliar el sueño ni dejar de mirar como su sombra, le absorbe el espíritu.

Las rondas fueron cayendo y en cada viaje a pedir las pintas soltábamos las teorías más extravagantes o macabras que se nos ocurrían. Damian, a pesar de su aspecto, era el más tranquilo de los tres, como si ya hubiera asumido un fatal destino sin vuelta atrás. Al final no hubo sexta pinta, una tormenta con rayos y truenos imponente nos hizo apurar la jarra y salir para casa antes que cayera todo el agua habido y por haber.

Al despedirnos fijamos, casi con pacto de sangre, en vernos el día siguiente, como fuera.

Ya eran las once de la noche, puntuales como siempre Víctor y yo entramos en el pub, no hizo falta que nos dijéramos nada, estábamos salvo el pelo cano, como Damian, no habíamos pegado ojo en toda la noche; y los relámpagos seguidos del estruendo del trueno, seguramente ayudaron a nuestro lamentable aspecto . A los cinco minutos justos Damian entraba por la puerta, no lo hacía por llegar tarde, su autobús en cuanto pillaba algo de tráfico le impedía ser más puntual.

--------- III ----------
La sorpresa de hoy fue mayúscula al ver a nuestro amigo, sorprendente y en el fondo reconfortante. Llego con su jovial cara de siempre,  la de antes de su contacto con la sombra, y el pelo, salvo su habitual mechón casi blanco, parecía el de siempre. Nos miro con una sonrisa contenida e hizo los honores de la primera ronda.

--Anoche volví a dormir de un tirón, bajé la persiana del todo para que no entrara la luz de los relámpagos y de los truenos no me enteré.

Y tu sombra maldita? preguntamos, a dúo, Víctor y yo.

--Bueno os contaré, la segunda o tercera noche que me desveló apagué el radio despertador y desapareció del todo, no había nada de luz y me dormí como si nada. Al día siguiente, intrigado seguí investigando y fue cuando lo vi...

Qué viste? Le espetamos, nerviosos, al ver su larga pausa.

--Pues eso, yo no puedo dormir con la ventana cerrada y siempre la tengo algo abierta. Y...
Otra de sus malditas y largas pausas, esta vez respetamos su jactancia y esperamos...

--Mi sombra por la luz del reloj también se refleja, tenuemente, en las cortinas así que en la casi oscuridad eran la penumbra que tenia yo encima al verme en el espejo. Al moverse, ligeramente, por el aire, daban esa sensación de baile sobre mi. El brazo, al levantarlo, no hacía sombra en el espejo porque la pared, donde yo si la veía está al otro lado, ya sabéis lo de izquierda y derecha en los espejos ja, ja ja, ja.

Ya no se pudo contener la risa que trataba de ocultar desde que llegó. A mi y supongo que a Víctor nos quedaba, todavía, un detalle que aclarar. Esta vez yo mismo le pregunté porque, si lo había resuelto hace tiempo, no nos lo contó, y como era posible su aspecto tan demacrado de hacia 24 horas.

--Bueno, eso fue idea de Lucía, mi hermana os la tiene jurada desde que no la sacasteis a bailar cuando celebramos su 18 cumple hace dos meses. --Vaya amigos que tienes, nos conocemos desde siempre y no se atreven a pedirme un baile en mi fiesta, ni que fuera una niña pija en su puesta de largo; me dijo justo cuando nos marchamos de su fiesta y, alguna vez más, me lo ha vuelto a recordar durante este tiempo.

--Así que cuando se enteró de mi aventura con la sombra, no me dejo que os contara la resolución hasta no vengarse a gusto, ya la conocéis. Os di excusas una semana para que fuera la cosa consolidándose y ayer su amiga Lina me arregló, ja, ja, ja, para parecer lo que visteis. Por cierto, no os habéis fijado en la señora del gorrito ridículo de la mesa de al lado?

Las risas de Lucía al quitarse la peluca, mirando nuestras ojeras y caras de estupefacción, retumbaban más en mis oídos que los truenos de la noche anterior. Víctor estaba igual que yo, mientras que Damian, le hacia los coros, a las risotadas de su hermana.

A los dos minutos, casi con las mandíbulas desencajadas de los dos hermanos,  la cosa se puso seria de nuevo. Víctor no estaba enfadado, en el fondo, le había hecho gracia la macabra broma, aunque su cara fuera un poema por sus reales ojeras, mirando a todas partes sin acabar de creérselo. En este punto yo me sentencié cuando dije:

Muy bueno Lucia, nos lo merecíamos pero ahora que ya eres mayor de edad puedes venir con nosotros, de vez en cuando, como querías los años anteriores y no te dejábamos. Quedas admitida, verdad Damian y Víctor?

El espeso maquillaje, de mujer adulta, no pudo ocultar el rubor de la bromista Lucía. Ya nos podíamos ir preparando para su próxima putada y esta vez los tres, Damian no se volvería a ir de rositas.

JM Vanjav WordPress

La complejidad de las personas sencillas

Digo personas sencillas, no simples, para evitar una mala interpretación. No es un contrasentido que lo sencillo me pueda parecer complicado, simplemente, se nos puede escapar si sólo consideramos como profundo a lo recargado o sofisticado, ya sea en el ámbito que sea.

Una persona sencilla tiene también una filosofía de vida simple, no necesita documentarse ni aprender teorías de los grandes o de los revolucionarios del pensamiento. Su forma de vivir y sentir las cosas es la esencia misma, es todo eso que puede hacer rebosar una biblioteca para tener que explicarse.

Describir un paisaje es complicado pero hacerlo con sensaciones o emociones, a alguien que no las conoces, es llenar de frases grandilocuentes hojas, capítulos y libros enteros. En cambio, quien se emociona y siente por si mismo, no necesita que nadie se lo cuente. Así es de simple o sencillo, por eso mismo, una persona con esa armonía, lleva incorporado el mágico decodificador; para todo nos cuentan, al resto, e intentan que además entendamos.

Deberíamos aprender más, por nosotros mismos, desarrollando nuestras facultades, que buscando respuestas en los libros. Seguramente una persona sencilla, al leer a algún gran pensador o filosofo, diría que eso ya le suena y que lo entiende perfectamente. Seamos mas sencillos, que no simples lectores, y utilicemos a los filósofos para contrastar nuestras propia filosofía y no como el catecismo de nuestro pensamiento.

Por supuesto es mi simple opinión :)        JM Vanjav WordPress

sábado, 16 de diciembre de 2017

Cine: "Star Wars episodio VIII"

Han pasado cuarenta años, que rápido lo he dicho, desde que oí el archi conocido tema  de Star Wars al comienzo de la proyección. Ayer lo volví a escuchar, no fue tan impactante, pero yo me seguía posicionando al lado de la fuerza como rebelde de la República.

Sí, ese seria el resumen mejor y menos desfavorable de esta "Los Últimos Jedi" No voy a decir que la película esta mal, se puede ver, y esa es su pobre recompensa, sólo se puede ver; no provoca emoción ni aplausos al final. Y yo puedo hacer esta crítica porque he presenciado, durante estos cuarenta años, los ocho estrenos en el cine.

La franquicia Lucas ahora Disney es un producto comercial que traiciona el espíritu que marcó su primera entrega al lado más oscuro de recaudar a cualquier coste; de hecho, ojo spoiler, hay un personaje nuevo que hace eso mismo. Los chistes ya parecen de parodia y los diálogos de comic barato. La parte visual se salva, pero no aporta un plus, al estar el resto por debajo de lo esperado.IMG_20171215_201520_HDR
No me voy a extender más, se puede ver sin mas, y en lo que a mi respecta deseando que acabe de una vez la saga. La máquina de hacer dinero de Star Wars ha envejecido mal, lo mismo que sus tres protagonistas originales y el relevo generacional todavía no ha acabado de dar la talla.

PD: El póster fue un regalo inesperado, no sube la nota a la película, pero si es un detalle que agradezco sin ninguna ironía.

JM Vanjav WordPress

Epílogo del Encantador de serpientes by MABN

Epílogo del relato Encantador de serpientes del blog TEJIENDO LAS PALABRAS de MABN

Él tenía un negocio boyante y no perdía ocasión de presumir de ello en cada taberna que pisaba, su verdadero vicio, bebiendo y tonteando con las mesoneras.
Llegó su fama de buen bebedor más lejos que la de encantador, de ahí que cada nuevo pueblo le ofreciera mejores servicios para que gastará todo lo recaudado en su espectáculo.


Después de una temporada, la auto suficiencia de Él, en plena borrachera, le hizo sustituir a su fiel Almha por Sheva, la joven y hermosa mesonera del lugar con ansias de conocer mundo. Creyéndose el centro del mundo, desdeño a su fiel y noble asistente por la exuberante lugareña; a lo que el mesonero, sospechosamente, aceptó de buen grado.


Pasaron algunos años y a la mejor taberna de estos lares, muy conocida por sus buenas bebidas y viandas, llegó un envejecido encantador de cobras desdentadas. La cocinera y dueña, en otro tiempo conocida como Almha, le fió un plato de sopa y trozo de pan para que Èl y su serpiente pudieran seguir camino con algo más que aíre en las tripas.


El encantador venido a menos no la reconoció, pues la campesina, al verse libre de sus falsos encantamientos, recobró la cordura y el buen sentido. Por su buen trabajo y dedicación, el propietario de la posada, acabó adoptándola como hija propia dejándola a cargo del negocio en su vejez.


Sin maldad, más bien, curiosidad femenina Almha preguntó al encantador por Sheva. Él maldijo y juró varias veces antes de responder, maldita pécora, fría y venenosa serpiente... Me dejó en cuanto nos alejamos lo suficiente de aquí, robándome hasta la última moneda de cobre. Por lo que se ha ido mejorando de posición a medida que se iba alejando, gracias a los hombres que en su camino caían engatusados como perrillos falderos.


Esa noche, el encantador de serpientes, calentó las tripas y agradeció a la posadera su generosidad, siguió sin reconocerla (tal vez nunca se fijó en ella) aunque algo familiar le recordó levemente sus momentos de gloria pasada.

JM Vanjav WordPress

jueves, 14 de diciembre de 2017

El crematorio municipal de mi pueblo

Mi pueblo no era grande ni pequeño, uno de tantos que con el tiempo cambio los campos de maíz por urbanizaciones, así con los años el cementerio se quedó sin plazas. La nueva corporación municipal, ahora de traje y corbata en vez de boina y pana, tuvo la gran idea de recalificar la parte municipal del camposanto. El proyecto básicamente consistía en sanear tumbas y nichos realquilando unas y otros. Las  celdas adosados serian como los bloques de viviendas, cada uno podría albergar las cenizas de una familia entera hasta la abuela. Para los más pudientes, en la tierra, habría panteones de uno o dos metros cuadrados a modo de chalets familiares, en este caso independientes, para las cenizas con pedigree.

Claro, esto pedía un crematorio municipal para acomodar adecuadamente a los nuevos inquilinos del cementerio, por lo que el pelotazo garantizaba la viabilidad del negocio de la muerte en mi pueblo. Los precios seguían siendo los mismos, caros; pero ahora, tanto en nicho como en panteón, te entraba la familia entera, por lo que a la larga ahorraban dinero, salvo la minuta de la pira funeraria que era otro riñón.

Puestas así las cosas y viendo que el negocio no necesitaría una revisión, hasta que todos estuvieran calvos dentro de cien años, se aprobó por unanimidad. Lógicamente, una de las prebendas del consejo municipal era un panteón familiar con casita para las cenizas de las mascotas, ósea el de dos metros cuadrados.

Ahora viene la parte macabra de tan genial negocio:

Después de las obras de adaptación del cementerio y de hacer la capilla crematoria, las arcas municipales se quedaron con un agujero casi negro, al que ciertas comisiones y dietas engordadas fueron también a parar. Hacía falta una buena gripe, que se llevará unos cuantos viejos por delante, para afrontar las primeras letras del banco; así que formaron una comisión de viabilidad del cremanterio.

El médico del pueblo ese primer mes, después de la inauguración del nuevo cementerio, no daba a basto con las visitas tanto en consulta como a domicilio. Se había corrido la voz, que al estanque habían migrado unos patos chinos con fiebre aviar, y todo el mundo se quiso vacunar, al ir notando problemas respiratorios al poco tiempo.

A los dos meses, se reunió la comisión del viabilidad, estaban exultantes, los ingresos se salían de la gráfica prevista y decretaron, para evitar suspicacias, que tenían que hacer un viaje en búsqueda de nuevas equipaciones; precisamente, al lado de la gran muralla china, y  con un mes de duración, al menos,  para formalizar el pedido con los correspondientes cursos de manejo del nuevo horno. Con tanto título, ya sabíamos que los diez de la comí se iban a ir un mes de vacaciones de lujo, con todos los vicios pagados, pero como había dinero para ello miramos para otro lado.

Justo con la vuelta de nuestros héroes de China, vino la hecatombe; la policía había precintado, el crematorio por emanaciones tóxicas, al haberlo autorizado el ayuntamiento, sin filtro de humos; la consulta del médico, que casualmente también era del consejo municipal, la farmacia, el farmacéutico ídem de ídem, al encontrar vacunas caducadas para la fiebre aviar no aptas para su uso, y en la botica garrafas industriales de gas cloro. Mientras uno se cargaba a los jubilados por inyecciones letales, el otro les quemaba las vías respiratorias con el corrosivo gas, así que no se salvo ninguno; incluyendo como daños colaterales a los asmáticos y a los hipocondríacos.

La última vuelta de tuerca fue que muerto el viejo fuera pensión y, precisamente, al ser un pueblo venido a más por las urbanizaciones tipo guay, la economía se basaba en las buenas jubilaciones de los convecinos; y, en el caso de los lugareños de toda la vida, en las pensiones de los abuelos. Ahora todos en el otro barrio, el moderno cementerio de mi pueblo, los ingresos quedaron diezmados; las arcas con el viaje a China volvió, de nuevo, a un agujero sin remisión;  sin crematorio, al estar precintado, tampoco podía haber el más mínimo ingreso.

Así, el negocio de los vivos, acabo con todos los viejos muertos; y el cementerio, realquilado a los pueblos vecinos, para poder pagar, al menos, al jardinero. 

JM Vanjav wordPress

lunes, 11 de diciembre de 2017

El espejo del contenedor

Regresaba hace un mes a casa a eso de las ocho de la tarde, se me había atragantado un informe en la oficina; y de propina el siguiente bus, tardaría en pasar, lo mismo que yo en llegar a casa caminando. Estaba helando por lo que llevaba buen paso, como para estar media hora esperando al autobús 6, en quince minutos atravesaría el desangelado polígono. No había ni un alma, ni andando ni circulando en coche, por la larga avenida; solo, de vez en cuando, entre las naves industriales, asomaba una tímida luna llena.

Ya estaba sólo a dos manzanas de mi portal y, apoyado a uno de los contenedores de basura con los que me cruzaría en unos pasos, vi el reflejo de un objeto sin identificar. Al llegar a su altura reconocí un viejo espejo con un marco de madera. Me paré a darle un segundo vistazo, el reflejo era borroso pero seguramente sería falta de limpieza.

No lo pensé más, a luz de mi salón, corroboré su buena calidad, con un poco de limpieza tendría un espejo de colgar sin gastarme nada. Le pasé un paño húmedo y para mi sorpresa se veía perfectamente, la neblina del vidrio había desaparecido por completo, debía de ser sólo una costra de polvo y grasa adheridas. Me faltó tiempo para ir al cuarto de invitados y sustituir el pequeño de plástico, que allí tenia, para colgar un espejo como es debido.

A partir de aquella noche, dormí como hacía mucho tiempo, de un tirón y descansado. No sólo eso, mis problemas de estómago, también desaparecieron; y lo más curioso fueron mis ingresos extra, no soy jugador pero la primitiva semanal me toco cuatro veces, eran premios pequeños, pero en ese mes saqué para tener unas buenas vacaciones de verano.

Después de cuatro semanas, como si de un mes lunar se tratará, mi vida volvió a la normalidad; dormía regular, tenía alguna molestia digestiva y no me tocaba ni la devolución. Pensando en ello, me di cuenta que todo había empezado en la noche que recogí el espejo, ni me había vuelto a preocupar de él. Por curiosidad o por morbo, instintivamente, fui al cuarto de invitados, y allí seguía colgado, salvo que una blanca niebla ocultaba cualquier reflejo en él.

Lo descolgué con intención de limpiarlo de nuevo, pero al darlo la vuelta vi una pequeña inscripción, que la primera vez se me paso por alto:

Este espejo está maldecido por las almas de los que murieron encerrados en este manicomio. Quien lo encuentre si lo limpia, tendrá un ciclo lunar afortunado, hasta que la niebla de las almas vuelva a eliminar todo reflejo. El maleficio pasará de poseedor en poseedor hasta que la noche eterna libere las almas.

Sanatorio mental Victor Frankenstein, 1898
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No soy supersticioso pero, esa misma noche, dejé el espejo apoyado junto al contenedor de basura de mi portal.

JM Vanjav WordPress

Desenlace de: Espejos by Anne

Desenlace del relato Espejos del blog Songs of my Soul 

Al día siguiente le pregunté a mi tía por la casa, el episodio con los espejos tendría que tener alguna explicación, ella me comentó que aquel caserón le había salido muy económico; además, los últimos propietarios, nada más rehabilitarlo lo pusieron a la venta, por lo que no tuvo que gastar nada en obras. Como dijo ella, doble chollo.

La cosa así quedó y me fui olvidando del asunto, la verdad que aquella enorme casa estaba muy bien y resultaba muy acogedora, demasiado. Al mes ya me tocaba peluquería y al ir me di cuenta que realmente algo había pasado con mi aspecto.

Me vi delante de los múltiples espejos del establecimiento y no me reconocía, era la viva imagen de aquel, maldito, espejo del caserón. El salón de belleza me volvió, con tinte y maquillaje, a mi edad real pero yo por dentro seguía sintiendo las arrugas y las canas.

Al volver a casa, estaba dispuesta a buscarme la vida como fuera, pero no seguiría, ni un momento más, bajo ese siniestro techo. Mi tía abrió la puerta, lucía espléndida y, aunque me doblaba la edad, parecía casi mi hermana gemela. Ante mi explosión de genio, yo soy de la rama impetuosa de mi familia paterna; la hermana de mi madre, hijapu... me contó el premio gordo del chollo del caserón...

... Sí, veras la casa tiene una antigua maldición, por la que a los que viven en ella, los quita esencia de vida y por lo tanto juventud. El trato es que el dueño no se ve afectado y recibe parte de esa juventud, a cambio no puede permanecer más de veinte años en ella, debe venderla por lo mismo que le costó y dejarla totalmente rehabilitada para el siguiente dueño.

Con estas premisas sólo una cosa podía hacer y la hice...

...Reescrituramos el caserón a nombre de mi tía y mío, las seis habitaciones que nos quedaban vacías las alquilaríamos baratas a chicas estudiantes; pero del último curso, así no notarían como los espejos les iban robando su juventud. 

Mi tía, la tranquila hermana de mi madre, y yo, la temperamental hija de mi padre, teníamos veinte años por delante donde, el reloj de la edad, estaría a nuestros pies parado.

Los espejos son tanto reflejo de nuestros ansiados deseos como de los temores más oscuros.


JM Vanjav WordPress

sábado, 9 de diciembre de 2017

La pluma estilográfica de Wali

A Wali le gustaba escribir pequeñas historias, cada vez que tenia una idea cogía su pluma estilográfica y ceremonialmente iba dejando el trazo de tinta, letra a letra, palabra a palabra, frase a frase, en el cuaderno de un renglón que siempre llevaba encima. Luego sí, lo transcribía a su portátil y allí, hacía toda la magia técnica, antes de publicarlo en su blog.

Todos los meses, religiosamente, iba a la vieja papelería del barrio a reponer cartuchos para su pluma y los cuadernos donde su imaginación se convertía en palabras. En esta ocasión, en el escaparate, había un cartel de liquidación por cierre. Al entrar vio que todos los artículos tenían un precio irrisorio, se ve que lo querían liquidar rápidamente. Por ese dinero se llevaría toda la existencia de cartuchos para pluma y los cuadernos de un renglón.

Al ir a pagar vio en la vitrina una pluma estilográfica en su estuche original y con un tintero por 1.500pts  9€, se quedo prendado del codiciado objeto y hechizado por su precio. Al llegar a casa la estrenaría, llenando hojas y hojas de cuaderno, con todas las imágenes que le bombardeaban la mente.

Era media noche y Wali con su nueva estilográfica en mano garabateaba una cuartilla suelta, al lado su cuaderno de un renglón seguía sin una palabra escrita. Se preguntaba cómo era posible, teniendo la cabeza llena de historias, pensamientos e ideas, pero incapaz de convertirlos en palabras. Muchas emociones para un día sin poderse canalizar, mejor ir a dormir.

Era sábado pero el despertador sonó como si nada a las seis, a Wali le daba igual, lo apagaba y se daba media vuelta para seguir durmiendo. Era una pequeña venganza hacía los días laborables, donde la media vuelta, se convertía en sentarse en la cama, para acabar de despertarse. Hoy no se vengó, se levantó como cualquier lunes, todavía seguía inquieto por lo del día anterior y sabía que no volvería a dormir.

Eran las seis y media y Wali estaba aseado, vestido y desayunado; sentado en su mesa, con la nueva estilográfica, en la mano. Ahora sí corría la tinta por el papel del cuaderno de un renglón, iba con trazo lento dibujando las letras, sin pausa ni borrón. Lo más sorprendente es que lo escrito no tenia nada que ver con lo que el autor pensaba, para nada; la imaginación iba en una o muchas direcciones, pero ninguna era la transcripción del cuaderno de un renglón.

Son las nueve de la noche, Wali ya ha pasado al portátil todo lo escrito con su estilográfica, también lo ha corregido y formateado. Está a un click de publicarlo en su blog, por última vez, pone la vista previa y lo lee...

Diablos, es justo lo que anoche soñé y al despertarme olvidé. Ahora ya se porque la estilográfica ayer se negaba a plasmar mis pensamientos, es muy especial, solamente escribe los sueños, esos que cuando despiertas se desvanecen y sólo te queda el recuerdo de haberlos tenido.IMG_20171208_224504
PD: Dedicado a un Wali                       JM Vanjav WordPress

viernes, 8 de diciembre de 2017

Los que aman te añoran y los que te quieren te traicionan :P

Entrada propuesta por El blog de Úrsula

Los sentimientos se pueden definir por las emociones que producen, como suelen ir juntos y revueltos, muchas veces los denominamos equivocadamente. Es normal y, si no pasamos por ello, no aprenderemos a diferenciarlos.

Querer es algo innato que nos sirve para satisfacer nuestras necesidades afectivas,  pudiendo variar desde un fisco a mucho-mucho, según el estado de ánimo. Es fácil sentirse traicionado cuando no se es correspondido, pero solemos mirar hacía otro lado cuando somos nosotros los traidores. Poéticamente se dice pasar del amor al odio, o en el amor y la guerra todo vale; la verdad es que la palabra correcta seria cariño.

Amar, son palabras mayores, porque hasta que no se ha sentido se especula con el amor y el enamoramiento; que coño, cuando se padece, si porque se pasa mal hasta que uno se entera, y aprende a diferenciarlo del resto de sentimientos venidos arriba. No hay baremo, o es si o es no, los términos medios son de cariño no de Amor.

En este mar revuelto de sentimientos hay que tener claras varias cosas:
  1. El que ama sufre y el que quiere es más fácil que haga sufrir.
  2. El Amor sólo se lleva con la nostalgia, mientras que el cariño comparte mesa con todos los demás: los celos, el rencor, la envidia, la ira, el odio, seguro que me dejo alguno.
  3. El Amor da y el cariño pide, así que ya sabemos con quienes van la generosidad y el egoísmo.
Seguro que hay más diferencias pero esto no es una tesis, los sentimientos hay que sentirlos, hablar de ellos es como intentar explicarle a un ciego que son los colores.

El cariño por su egoísmo es caprichoso y puede acabar siendo traicionero. Te puedes encaprichar de alguien, usando cualquier artimaña para conseguir sus atenciones, satisfecho el deseo "pierde su gracia" y no duda mucho en buscar nuevas emociones. La prueba es toda esta gente, que vende su vida intima, sin pudor por contarlo ni por comerciar con ello.

El Amor sabe, mejor dicho, siente y sabe, que solo hay una forma de ser conseguido; sin trampa ni cartón, voluntario y a gusto de la otra parte. Por eso, los amores pueden ser platónicos, pero no los cariños. En este lance, al no ser capricho tampoco, no existe ni tentación, ni curiosidad de probar en otra parte, ni por supuesto traición.

Resumiendo:
En la distancia, o si hay ocasión, quien te quiere te engaña y quien ama te tiene nostalgia.

Enlaces relacionados:
http://tonteriasprofundas.blogspot.com/2009/12/barrio-sesamo-amar-y-querer.html
http://tonteriasprofundas.blogspot.com/2011/11/barrio-sesamo-querer-y-enganar.html
http://tonteriasprofundas.blogspot.com/2012/03/barrio-sesamo-diferencias-entre-estar.html


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miércoles, 6 de diciembre de 2017

El espejo del tiempo

Cuando me cambié de domicilio, en mi nuevo hogar, justo al final de pasillo había una salita seguramente de costura; tenia un gran ventanal al exterior y, como segunda pista, un espejo grande abatible que había quedado allí como único mobiliario.

Por la luz natural y su orientación al Sur, me la quede como mi zona vip. La puse, dos estanterías de libros en escuadra, una pequeña mesa y mi butaca favorita; el espejo se quedo al lado de la ventana reflejando la luz al extremo contrario de mi santuario. De hecho bautice la estancia, como la Sala Media, un toque freak sobre mis gustos literarios.

No fue hasta el cabo de unos meses cuando me percaté de la magia del, ahora mio, espejo de costura. Sí, un día mirando el tiempo que hacía en la calle, al volver la vista me vi reflejado en el espejo, tuve una sensación confusa e instintivamente me miré con más detenimiento.

Estaba claro, que era yo el de la imagen reflejada, pero había algo que no me cuadraba del todo. Esa noche había dormido bastante regular y tenia las ojeras bien marcadas, pero mi imagen aparecía como si acabara de salir de un salón de belleza.

No le di más importancia al tema pensando que la imaginación me había hecho ver un espejismo. Unas semanas más tarde, convaleciendo de un resfriado de cuidado, casualmente volví a cruzar la mirada con mi yo del espejo. Aquí, no di un salto hacía atrás, porque ya tenia bastante mal cuerpo y la acrobacia me podía costar algún hueso roto.

El atuendo era el mismo, la bata, la bufanda y el pantalón de andar por casa; en cambio, mi cara era la de un pimpollo, sin papada, con bastante más pelo, ni una arruga y con la mirada nítida. Esta vez, me fui rápidamente al baño a contrastar la imagen, y la realidad, me devovió tanto lo que me faltaba, como me quito el pelo que de más tenia.

En los siguientes días, mientras me acaba de reponer del resfriado, hice mil y un ensayos para tratar de determinar la naturaleza de esos cambios de aspecto entre un espejo y otro. Al final llegué a una conclusión, demostrándome la hipótesis que formulé: el espejo de costura reflejaba aquello que mi imaginación quería ver. Y lo mismo había veces que me quitaba unos meses, que de golpe aparecía con veinte o treinta años menos, según mi deseo.

Ahora, que se la magia de mi espejo de costura, acerté en dejarlo en, la Salita Media, mi santuario particular. El verme mejor y más joven no me cambia realmente el aspecto, en cambio, por dentro si me siento rejuvenecido y pletórico para hacer cosas que por mi presencia nadie creería.

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El héroe de las pesadillas

En esta sociedad, tener una existencia gris realimentada diariamente de las rutinas cotidianas, es algo tan común como sus habitantes. Todos los días repetir los mismos procesos, a las mismas horas, es el biorítmo plano de nuestra existencia. Los findes, cambiando el escenario y las actividades, ocurre lo mismo, diversión rutinaria; al final solamente somos un engranaje de nuestra vida.

En este marco nuestro héroe, además, arrastra una rutina sentimental de aislamiento  producida por un distanciamiento con su pareja; casi seguramente, por la repetición de los cafés de media tarde, por las sesiones de cine cada fin de semana, por ver la enésima temporada de una serie y hasta por los paseos, por las mismas calles, al salir del trabajo día tras día.

Una existencia gris, remarcada del mismo color, pasa todavía más desapercibida, es como intentar diferenciar un grano de arena de otro en una playa. El caso es que tiene su precio y por las noches, desde hace tiempo, ya es rutinario que se duerma y se despierte varias veces, totalmente angustiado, perseguido por pesadillas que no consigue recordar.

Sus últimos quince años de sus rutinas en pareja y los treinta de su vida laboral campan a sus anchas, en cuanto cierra los ojos, sin darle tregua. Y en el duermevela de toda la noche, no es capaz de retener una sola imagen, de esos fantasmas que lo atormentan. Cada día se acumula, como una pesada losa sobre él, hasta que llegan los fines de semana; desbordado y exhausto, se los pasa en estado zombie, tratando de recuperar lo suficiente para volver el lunes a empezar.

Este lunes hizo tres llamadas:
  1. La primera al trabajo, para pedir una semana de vacaciones, o les llevaría una baja por depresión.
  2. La segunda a su ahora mejor amiga, y hasta hace unos meses compañera, para que hiciera lo mismo.
  3. La tercera fue una reserva en un hotel, de cuatro estrellas, lujos los justos, en la otra punta del país.
Ese lunes los dos rompieron todas las rutinas, se fueron de viaje sin contar con nada ni con nadie; el trayecto les llevó casi todo el día, fueron por carreteras regionales y comarcales, parando a menudo para disfrutar de las vistas; comieron con tranquilidad, e hicieron sobremesa, a pesar de tener que seguir camino; en el coche, se contaron muchas cosas, hablando como si se acabaran de conocer. Y, cada vez que se miraban, se les escaba una sonrisa de complicidad. JM Vanjav WordPressIMG-20150522-WA0001

sábado, 18 de noviembre de 2017

La foto perfecta

Soy aficionado a la fotografía y ver plasmada la Naturaleza, retratos o, incluso paisajes urbanos, me resulta estimulante y me activa la imaginación en esos días que, de puros grises, parecen opacos.

El caso es que la otra tarde noche, con el horario de invierno no lo tengo claro, al salir de la oficina y regresar andando a casa, vi un cartel anunciando una exposición fotográfica en una conocida sala que, además, me cogía de camino.

Pues nada, me acerque, el salón estaba lleno de fotos, gigantescas, con vistas urbanas. Desde cierta distancia, por la magnitud y el detalle, parecían totalmente reales; casi necesitaba pegar los ojos, a las enmarcadas urbes o a los edificios en perspectiva, para poder apreciar el grano y salir de dudas, la técnica y la calidad eran impresionantes.

Tuve suerte en mi visita, debía ser la inauguración porque las bandejas, de canapés y con copas de vino, desfilaban por el pasillo sin parar. No eramos muchos los asistentes, así que no me corté, ni comiendo de los deliciosos triángulitos, ni repitiendo con las copas de vino.

Después de lo anodino del día y del paseo a casa, por no esperar al bus, acerté, y creo que hasta esbozaba una sonrisilla, de satisfacción por el inesperado festín. El caso es que ya estaba acabando la turné de la sala y, al fondo de la misma, vi una obra que me resultaba conocida, diría que muy familiar.[UNSET]
Me aproximé a verla mejor y seguía sin identificarla, a pesar de sonarme tanto esos edificios así dispuestos, con esas luces en las ventanitas tan bien definidas. Como con las anteriores obras, acerqué mi cara a la foto, para que el grano del papel delatara su origen y rompiera la magia de esos increíbles detalles.

La sirena de la ambulancia me retumba en los oídos, estoy inmovilizado en una camilla pero cómodo; oigo de fondo una conversación, algo acerca de hacer pruebas pero que parece no haber nada roto. Abro los ojos y veo de nuevo esa última foto, con su silueta tan familiar y las lucecitas en sus ventanas...

...ventana como desde la que me caí yo hace unos minutos, suerte del toldo de la cafetería de abajo y que rodé por una mesa antes de chocar contra la acera. Con razón no le encontraba el grano a la foto, era perfecta.

viernes, 17 de noviembre de 2017

La Parca tiene palabra

La noche empezaba a caer y yo seguia sentado, en el pequeño saliente, con las piernas colgando al vacío. En las tres horas que llevaba así, tuve tiempo de repasar el día, por completo. De como, por mi testarurez, acabé haciendo la senda sólo; también, el porqué, me vine sin decírselo a nadie; la forma tan tonta, en la que agoté la batería del móvil usando el GPS, por seguir adelante, a pesar de la niebla, en vez de darme la vuelta; y por último, por asomarme, más de la cuenta, para ver la caida, resbalarme y acabar así.

Tres horas, tres escasos metros, verticales e insuperables, hasta el sendero; y trescientos más, en caida libre, haciá abajo. Con el paso del tiempo, mi desesperación inicial, pasó a ser impotencia; ahora, cuando el último rayo de luz, se va apagando enfrente mío, sólo siento resignación hacía lo inevitable.

Así, sin esperanza alguna, fantaseo con la Parca. La desafio, a que venga a buscarme, antes de quedarme dormido por el agotamiento, y caer al vacío. Doblo la apuesta, si cuando me de la mano, soy capaz de contar hasta diez, me perdona y permite que me redima de todas mis idioteces de este maldito sábado.

Uno, dos, tres... me despierto sobresaltado, soñaba con ella. Sigo sentando en el pequeño saliente, con las piernas ya completamente dormidas, guardando el equilibrio como puedo con los brazos, también, muy entumecidos. Creo que, en esta oscura noche, ya tengo los segundos contados. Ahora, bien despierto, vuelvo a contar despacio: uno, dos, tres...

...diez, crack !!!


He caido, pero he llegado a diez! no siento los brazos, ni las piernas, tampoco veo nada... 
...abro los ojos, me duele todo el cuerpo, esta amaneciendo! la Parca ha cumpido?

Pues si, mi última estupidez fue no darme cuenta, cuando aun era de día, que a un metro y medio, justo por debajo del saliente, pasa un canal. Bueno, creo que finalmente, he aprendido la lección, sólo tengo que seguir por el seco acuifero, hasta donde se cruce con el camino, y volver sobre mis pasos.

Mientras avanzo torpemente, pero teniendo el cuidado que me falto el día anterior, pienso que mis decisiones y acciones equivocadas, no van a ser tan fáciles de deshacerse, pero eso... 

...ya será otra historia.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Los peluches no tienen corazón

La semana pasada, con las primeras heladas del invierno y como todos años, agarré un catarro. Esta vez, la edad no perdona, más fuerte que de costumbre y pasé un fin de semana de los buenos, la fiebre me subió hasta donde los delirios son más reales que todo lo demás.

El caso es que la noche del sábado o del domingo, precisar cual no es relevante, en medio de esas alucinaciones volví a tener cuatro años y vivir en la casa de mi infancia. Con esa edad, mi fantasía, también, se mezclaba con la realidad. Me pasaba el día jugando, con los muñecos de vaqueros e indios, oyendo las voces de todos ellos.
  
En mi delirio de sueño, yo ya estaba acostado y hablaba con Pepín mi osito de peluche y mejor amigo a los cuatro años. Me veía preguntándole como podía estar vivo si no tenia corazón y era de trapo y serrín. Pepín no me miro, eso no podía hacerlo, pero si me contestó: 

"Estoy vivo porque la vida está, también, en lo que no se ve"


Con su respuesta me quede traspuesto tanto en esa visión como en mi delirio febril. Más tarde. en la misma noche, retomé el sueño de mi infancia y seguí la conversación con mi peluche:

-- Yo te veo y te toco, pero tu no te mueves, pero si te pregunto me contestas, pero no lo entiendo.

-- No tienes que entender nada, es así. Si yo no existiera, serias tú, jugando como con los indios y vaqueros, quien me podría la voz. Cuando te contesto hablo como tú lo haces?


Me volví a dormir en la visión y la fiebre también le dio un receso a mi cuerpo pudiendo descansar hasta bien entrada la mañana. Al levantarme e ir asearme un poco, justo cuando vi mi desarreglado aspecto frente al espejo, un familiar timbre de voz, con tono de reproche, me dijo:

"Vaya pinta macho, por ti, sí que pasan los años". 

jueves, 12 de octubre de 2017

La no foto de Halloween en Facebook

Hace unos años por estas fechas, justo después del Pilar, vi una foto en Facebook de una chica (mujer) muy bien vestida con traje de fiesta y por supuesto maquillada. Yo ignorante de mí, lo relacione con Halloween, y la comenté que si se estaba probando el disfraz para la fiesta de Halloween, literal, como lo cuento.

Bueno, la que se lío fue de de si te pillo te mato y remato, su respuesta concisa decía algo así como de que vas? Yo, siguiendo con mi ingenua ignorancia, pensé que me lo preguntaba y mi cortes y conciliadora respuesta fue: Pues, te ha quedado bastante bien el look de la Madrastra de Blancanieves.

Aquello, es decir ella, asumió el papel que yo inocentemente la impuse. Su respuesta, toda en MAYÚSCULAS, ya me  hizo pensar que de alguna manera había metido la pata y que las consecuencias, conociendo su carácter ante las bromas, serían inapelables. Su contestación fue que SI YO FUERA DE HALLOWEEN IRIA, POR SUPUESTO,  DE BLANCANIEVES (bueno habría sido gracioso, ya que la hijastra perecería mayor que la madrastra), IDIOTA QUE NO TIENES NI IDEA Y TE METES DONDE NO TE LLAMAN GILIPOLLAS. NADIE TE HAN DADO VELA EN ESTE ENTIERRO Y YO ME PONGO LO QUE ME DA LA GANA Y VOY A DONDE ME SALE PERO TU TE VAS DE MI FACEBOOK AHORA MISMO PAYASO.

Efectivamente, me echo de su Facebook, a los cuatro amigos-conocidos comunes les hizo saber de su enfado con mis comentarios y, un montón de cosas más que de su cosecha salieron, aprovechando el  calentón contra mi que tenía en esos momentos.
A finales de año, precisamente en el muro de una amiga común había un álbum de fotos de una fiesta de disfraces. Y vaya coño, en una de ellas aparecía una chica (mujer) con un traje negro y super maquillada, y no era otra, que la señorita (señora) que me echo de su Facebook dos meses atrás. Para ser exactos, en esta última pose, sostenía un un espejo con la mano derecha y una llevaba también una dorada corona en la cabeza.

Hay que jod... por un mal entendido, su vestido de fiesta se convirtió en disfraz, yo me llevé la bronca del siglo y tan amigos no, que me echo de su Facebook y no hemos vuelto a contactar; ni yo para recriminarla por pasarse y ni ella para disculparse un poquito.
Son cosas de las redes sociales, de amigos a no amigos en un tick o viceversa. Ahora que han pasado unos cuantos años, si le llega esta entrada por alguno de los amigos comunes, no creo que me denuncie y me boqueen la cuenta, espero que si llega a leer esto se ría un poco; porque la verdad, le sentaba bien ir de Madrastra de Blancanieves :)

viernes, 6 de octubre de 2017

Un freak, no tiene pesadillas, sueña distopías

Para empezar, en mi caso, defiendo la acepción de freak sobre el uso de friki lo siento (es retórico, LoL); Yo. las expresiones friki o friqui, las veo más próximas a un lila del entorno; no tengo nada contra ellos, más bien envidía de alguien cuya realidad esta en su mundo y todo lo demás es solamente su envoltorio. Los freak, por suerte y por desgracia, diferenciamos ambas realidades, la real real y la real virtual; y lo de raros, por muchos que nos podamos llegar a juntar, forma parte de nuestro ADN.

Sin mas rollos diré que la pasada noche me pasé con la teina, me viene bien al el estomago y para dormir mejor tomar un te antes de acostarme, el problema debío ser que me pasé con la dosis de las hierbas verdes. El te estaba rico y tan fuerte de sabor como de aroma, creo que hasta lo podría haber usado de tinta para la pluma, en caso de necesidad. La cuestión es que, entre las veces que me dormí y desperté, todas seguidas y engranadas como los vagones de un tren, tuve en cada sueño un episodio distópico. Curiosamente, de antes, los llamaba sueños pesados y me quedaba corto en la medida.

Así que anoche tuve una temporada completa de En los límites de mi realidad, tal cual como cuando empalmaba episodios y en un finde caia una de veinticuatro o en un día las de trece. El gusano espacio tiempo, también andaba con sus excesos, mezclandome las situaciones y los personajes a su capricho. Era curioso ver a gente real que ya no está entre nosotros, más jóvenes que cuando nos dejaron y, encima, más delgados y con mejor presencia que la nunca tuvieron en su vida; se ve que el otro barrio les sienta bien y los trata mejor que este Valle de Lágrimas (perdón, me vino al pelo).

No voy a ser dramático y puedo, más por las sensaciones remanentes que por los escasos recuerdos totalamente diluidos que me quedan, decir que ninguna de las visiones fué macabra, o siniestra, ni siquiera inquietante; sólo versiones alternativas de la realidad, donde la imaginación llevaba el control con buen rollo, pero eso sí, con la tensión propia de una representación coral, vamos como la vida misma. El caso es que este duerme vela, durante toda la noche, hace que al llegar las seis de la mañana a la estación de destino, lo primero que te viene a la cabeza es que no has dormido y mucho menos que hayas descansado lo suficiente.

El sueño se despeja con el final de la última distopía, desvaneciendose, hasta que al abrir los ojos desaparece por completo. Ahora toca empezar a pensar en la rutina de todos los días.
No, primero te planteas, apoyado por el cansancio y la laxitud del momento, si te resultaría mejor seguir visionando la siguiente temporada de tus mundos alternativos a la carta, en vez de levantarte y enfrentarte a lo que te deparará el día, estando así de cansado... y tan desmotivado...

La solución es fácil, cargar menos la tetera, de te verde, del negro, o del color que sea; tomarlo me viene bien al estómago, para hígado y por lo que se ve, también, para la imaginación noctambula. Dos días seguidos, mejor dicho, dos noches así y seguramente acabo lila*, como decimos aquí. Llegado el caso, sin problema, corregiría la entrada del blog eliminando el primer párrafo. De momento así lo voy a dejar, más adelante... :P

*Lila: Bobo, ingenuo, gracioso y loco no peligroso, que vive en la higuera...

domingo, 9 de julio de 2017

Cine: "Fargo la película"

Curiosamente, Fargo es una película que no tenia vista (la he visionado muy recientemente), se me paso en su momento y ha resultado ser la excepción a tanta mediocridad made in Hollywood. Una trama sencilla, que se complica hasta lo inimaginable, de ahí que los sencillo no es precisamente simple, LoL.

La historia esta llena de giros, unos esperados y otros no, de pequeñas tramas domésticas que la hacen más próxima al espectador. Todo esto manteniendo un ritmo tranquilo pero que no permite distracción alguna, cada escena se saborea, cada diálogo tiene su intención y donde la violencia es real, contundente pero sin recrearse.

La interpretación es soberbia, los personajes dicen más con su expresividad y miradas que con sus frases. No hay sobreactuaciones, todos representan su papel como si fuera su vida real, además tan mimetizados con el entorno como la nieve que cubre Fargo.

  • La mujer policía de pueblo con su acento y aspecto, aparte del embarazo, es de todo menos lo simple que pueda aparentar. Su intuición es de un autentico sabuesos siguiendo el rastro correcto. En cuanto a su inteligencia, no quiere destacar, y siempre sabe resolver cada situación con la frase adecuada y sin perder su compostura.

  • El estafador es un pobre hombre con pretensiones, a la sombra del triunfador de su suegro, capaz de urdir una trama criminal donde sus escrúpulos quedan supeditados por el dinero. Sus miradas expresan todo eso y cuando habla sólo lo corrobora.

  • El sicario es un delincuente de poca monta metido a delitos mayores por la simplicidad, en apariencia, del encargo. Su falta de tablas, en estos niveles de delincuencia, se ven cumplimentadas y hasta superadas por su compañero psicópata. Al final, a la fuerza, si aprende a desenvolverse como un criminal...

  • El resto de secundarios, diría yo que hasta los figurantes, están en su sitio correcto, en el momento oportuno, haciendo, diciendo y actuando como auténticos nativos de Fargo.
La verdad es que se agradece ver una película bien dirigida, bien interpretada y con una historia que te engancha desde la primera escena hasta la última. 
Al margen de mi subjetividad cinematográfica: "Lo que está hecho con gusto bien hecho está".

Como no podía ser menos, la banda sonora, sabe acompañar en cada momento a lo que acontece, dando el matiz apropiado y el énfasis cuando corresponde:

                        Sountracks