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lunes, 20 de febrero de 2017

Volviendo a la carga: "De tontos, listos, inteligentes, necios, estúpidos y genios"

Hacia tiempo que no soltaba alguna tontería, ni profunda ni de medio pelo, así que lo retomo donde lo dejé:

"De tontos, listos, inteligentes, necios, estúpidos y genios".




Empecemos por las definiciones básicas, sin acritud, en función de su actitud ante los lances diarios de cualquier índole importantes o banales:

  • Tonto, alguien a quien no se le da bien resolver situaciones por si mismo, suele necesitar que le digan que hacer. Para abandonar este estatus solamente precisa de la intención aprender, en vez de hacerse fuerte en su postura de tonto.
  • Listo, el que sabe mucho y solventa con facilidad cualquier situación cotidiana que conozca. Si la desconoce suele caer en picado y, o bien la elude, o la oculta.
  • Inteligente, sepa mucho o poco, cualquier situación conocida o no, es un desafío para resolver; lo hará con mayor o menor fortuna pero seguro que lo intenta.
  • Genio este suele ir un paso más allá del resto, plantea los problemas y los soluciona. Seguramente por ello son tan escasos, o bien, sus genialidades se nos escapan al resto.

Los otros dos que faltan se pueden definir por extensión de los listos de turno de nuestra sociedad:
  • Necio, es el listo pondera su saber olvidando y escondiendo sus limitaciones creyéndose inteligente. Los inteligentes que si son sabedores de sus carencias se consideran tontos, ·cuando tropiezan con algo que no pueden solucionar, pero de los que intentan aprender a solventarlo.
  • Estúpidos, cuando un listo (listillo, aventajado, creído de si mismo...) no se conforma con creerse inteligente y tontea con la genialidad es un estúpido a conciencia y no por falta de intelecto.

Puestas así las cosas y para ponderar la realidad, afortunadamente, y a pesar de lo dicho acerca de necios y estúpidos, nadie es al 100% ni tonto ni listo ni inteligente (genio ni lo menciono). Todos en una medida u otra y, según la situación que se nos presente, nos mostramos perdidos (tontos), sobrados (listos) o resolutivos (inteligentes).

Como reflexión final diría que evitemos caer en la necedad o la estupidez, seamos listos para lo cotidiano, inteligentes para lo inesperado y pidamos ayuda cuando nos quedamos atascados. Un tonto que quiere aprender es básicamente un inteligente humilde, mucho mejor que comportarse como un necio o presumir de estúpido :P