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lunes, 11 de diciembre de 2017

Desenlace de: Espejos by Anne

Desenlace del relato Espejos del blog Songs of my Soul 

Al día siguiente le pregunté a mi tía por la casa, el episodio con los espejos tendría que tener alguna explicación, ella me comentó que aquel caserón le había salido muy económico; además, los últimos propietarios, nada más rehabilitarlo lo pusieron a la venta, por lo que no tuvo que gastar nada en obras. Como dijo ella, doble chollo.

La cosa así quedó y me fui olvidando del asunto, la verdad que aquella enorme casa estaba muy bien y resultaba muy acogedora, demasiado. Al mes ya me tocaba peluquería y al ir me di cuenta que realmente algo había pasado con mi aspecto.

Me vi delante de los múltiples espejos del establecimiento y no me reconocía, era la viva imagen de aquel, maldito, espejo del caserón. El salón de belleza me volvió, con tinte y maquillaje, a mi edad real pero yo por dentro seguía sintiendo las arrugas y las canas.

Al volver a casa, estaba dispuesta a buscarme la vida como fuera, pero no seguiría, ni un momento más, bajo ese siniestro techo. Mi tía abrió la puerta, lucía espléndida y, aunque me doblaba la edad, parecía casi mi hermana gemela. Ante mi explosión de genio, yo soy de la rama impetuosa de mi familia paterna; la hermana de mi madre, hijapu... me contó el premio gordo del chollo del caserón...

... Sí, veras la casa tiene una antigua maldición, por la que a los que viven en ella, los quita esencia de vida y por lo tanto juventud. El trato es que el dueño no se ve afectado y recibe parte de esa juventud, a cambio no puede permanecer más de veinte años en ella, debe venderla por lo mismo que le costó y dejarla totalmente rehabilitada para el siguiente dueño.

Con estas premisas sólo una cosa podía hacer y la hice...

...Reescrituramos el caserón a nombre de mi tía y mío, las seis habitaciones que nos quedaban vacías las alquilaríamos baratas a chicas estudiantes; pero del último curso, así no notarían como los espejos les iban robando su juventud. 

Mi tía, la tranquila hermana de mi madre, y yo, la temperamental hija de mi padre, teníamos veinte años por delante donde, el reloj de la edad, estaría a nuestros pies parado.

Los espejos son tanto reflejo de nuestros ansiados deseos como de los temores más oscuros.


JM Vanjav WordPress

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