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jueves, 17 de mayo de 2018

La tertulia de las diez: "El amante mayor"

Por mediación de El arca de las palabras del blog de Úrsula un nuevo relato para la ya conocida Tertulia de las diez.

La madurez y la edad asociada va dando aquello que en la juventud más se puede echar de menos. Nuestro hombre, recién jubilado empezó a ocupar sus nuevas horas de ocio escribiendo, ya lo hacía de antes pero ahora pasó a ser su ocupación principal, una afición que no precisaba de ser profesión. Esa falta de presión, le daba un nivel de honestidad, a sus escritos, que las palabras parecían estar en relieve sobre el papel.

En esta época de redes sociales, foros, blogs y demás puntos de encuentros afines, consiguió tener una serie de seguidores fieles, y hasta incondicionales, a cualquier cosa que publicara. De hecho, secretamente, varias de sus lectoras le enviaban cartas románticas fruto de sus emociones al leer sus emotivas poesías. El se sentía alagado y nunca pensó que escribiendo sobre la Vida, la Naturaleza o los sentimientos pudiera llegar a tener varias declaraciones de Amor.

Con este imprevisto, su libertad a la hora de escribir se vio coartado, pues no quería, ni dar falsas esperanzas, ni tampoco romper tan platónicas relaciones. Hacia años que, nuestro protagonista, no tenia un conflicto emocional tan intenso como inesperado. Decidió, con buen criterio, hacer una pausa en sus publicaciones y reflexionar sobre el tema emocional, de sus románticas incondicionales. Al cabo de unos días, carteándose con las afectadas, hizo una selección de las sinceras en sus sentimientos, elimino cortésmente a las encaprichadas y, a las claramente interesadas en encontrar una posición estable, también las mantuvo a distancia.

Al final quedaron cuatro candidatas que, realmente, tenían un sentimiento verdadero hacia su persona. El dilema era tan claro como imposible, la poligamia no entraba entre sus posibilidades, además se sentiría incomodo, cualquiera de ellas podría, por edad, ser hija suya. Y tontear estacionalmente con cada una, tampoco era opción para un hombre, que se considerara digno de serlo. La solución al problema le vino una noche en forma de sueño y, cuando se despertó, envió un único correo a las cuatro.

Ese misma mañana, justo antes de la hora de comer, ya tenia la respuesta a su proposición. Las cuatro mujeres habían sido unánimes y estaban totalmente de acuerdo. Puestas así las cosas, nuestro hombre mayor que no viejo, en vez de una esposa joven encontró cuatro encantadoras hijas con las que compartir, ahora como familia, compañía y su pasión por la escritura.

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