CONCURSO DE RELATOS 39ª Ed. HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL de J. K. Rowling
Mi amigo Enrique y yo |
Desde que, de niños, nos conocimos, Enrique y yo fuimos inseparables. Hasta ese punto llegó nuestra cómplice amistad, pero con el paso de los años la fui ocultando para evitarme ser tachado, cuando menos, de infantil.
Recuerdo mi último curso de primaria como el detonante de lo que acontecería después de aquel verano. Mis notas fueron bajando hasta aprobados rasos, en gran medida por dedicar el tiempo de estudio a encontrarme con Enry. Nos lo pasábamos tan bien los dos solos que todo lo demás me parecía un aburrimiento insufrible.
Fue, precisamente, mi amigo quien me advirtió del cambio de escuela para el curso siguiente; él siempre se enteraba de todo. Mis tutores legales, un pomposo abogado de media edad y una prima segunda mía de la misma quinta, eran los que se ocupaban de mi educación desde que mis padres fueron clientes (a pensión completa) de un sanatorio mental para gente bien.
Por mis justas calificaciones, a esa siniestra pareja (que lo era en todos los sentidos) de tutores míos, le vino la feliz idea de deshacerse de mí en un colegio mayor de gran renombre, pero tan distante y aislado de la civilización que ni un pobre diablo se acercaría. Un internado tan veterano como inexpugnable que en tiempos fue convento de clausura y hasta seminario. Y, desde hace unas décadas, un centro educativo para adolescentes con medios pero algo problemáticos.
Yo ya sabía como las gastaban mi prima y su abogado, esperarían hasta casi inició del curso para darme la buena nueva. Pero gracias a mi inseparable amigo, cuando ellos vinieran ya estaría de vuelta y bien preparado para el cambio que se me avecinaba; al menos, Enrique, estaría también conmigo en el nuevo colegio. No había mucha información por Internet salvo la web oficial y, por su sobrio aspecto, parecía más dedicada a satisfacer los gustos vengativos de padres y tutores que del bienestar de sus internados.
De las actividades de mi futura cárcel estudiantil la única que me gustó fue que había esgrima y ajedrez. Por las indicaciones del reglamento interno del que tanto se enorgullecía el centro, aquello era un copia y pega de las estrictas normas de un convento de clausura y la disciplina de una academia militar.
El primero de septiembre, en la comida familiar, mis tutores a coro me lanzaron la noticia como un premio para mi desarrollo intelectual que no podía rechazar. Y casi sin tiempo, para acabarme el postre, fui llevado a la estación a coger un tren que por la noche combinaría con un expreso que al día siguiente, cuando menos, me dejaría cerca de Transilvania. Luego un autobús, este ya del colegio, nos recogería para hacer la última etapa de esta odisea de viaje.
La verdad es que disfruté del viaje, Enrique y yo no nos separamos ni un momento preparando estrategias para las previsibles novatadas que nos esperarían siendo los de primer curso. En la segunda jornada de tren echamos un vistazo por todos los vagones buscando algún posible interno más y únicamente dimos con un grupo sospechoso, pero por desgracia uno o dos años mayores.
Al subir al bus pude confirmar que los cuatro chavales del tren eran del colegio y, por sus miradas de reojo, que ya se relamían cual gatos de lo que me harían esa misma noche en el internado. Para no delatarme, durante las tres horas de trayecto por aquella sinuosa comarcal en la tartana, con Enrique solo hablé con gestos y señas como solíamos hacer cuando queríamos pasar desapercibidos.
El recibimiento fue tan frío como cabía esperar en semejante penal, ya contaba con ello, y me asignaron una pequeña celda como a cualquier otro novicio. En la cena, todavía por señas, Enry me dio a entender que éramos los primeros en llegar, pero que al día siguiente vendría el resto. Estaba claro que los cuatro veteranos esa misma noche se estrenarían únicamente conmigo.
Sabiendo lo que pasaría tenía dos opciones: retrasar la novatada, bloqueando la puerta con la silla y dos cuñas que me había preparado, o enseñar mis cartas desde el primer día. Opté por lo segundo y ni siquiera eché la llave, pero sí giré el espejo, lo justo, para que la tenue luz del patio (reflejada de la ventana) dejara una esquina de la habitación en completa penumbra.
No se hicieron mucho de rogar mis bromistas compañeros. Como cuatro fantasmas (enfundados en sábanas) sigilosos entraron en mi cuarto poniéndose cada uno en una esquina de la cama con la intención de asustarme cruelmente. Al tercer intento de su ulular se dieron cuenta de que intentaban intimidar a una almohada tapada.
Yo les observaba mimetizado con la penumbra de esa esquina ciega hasta que no pude evitar una carcajada al ver su frustración por aquel ridículo. Entonces, al quedar delatado, se volvieron desafiantes y me maldijeron, acercándose raudos con intención de no errar nuevamente.
Otro maldito autista que se cree muy listo, dijo el más bravucón. Enry ya no pudo contenerse ante ese insulto e hizo aparición; él no necesita sábana alguna para parecer un espectro. Los cuatro fantasmas de guardarropía salieron despavoridos, casi atravesando la puerta, al no acertar a abrirla.
Cuando un médico me diagnosticó Síndrome de Asperger, mi tío tatarabuelo Enrique (el que se ahogó de niño en el Titanic) se me empezó a aparecer; con su traje de marinerito, para hacerse mi mejor amigo.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
(900 palabras)
Muy buena historia. Desde el principio pensé que Enry era un amigo invisible, pero que sea el tatarabuelo que se hundió en el Titanic me ha parecido lo más. Me ha gustado mucho cómo nos vas llevando dosificando la historia que se lee con fluidez. El internado se las trae, pero de entrada, los cuatro bravucones ya huyen despavoridos. ¡Jajaja! Me ha encantado.
ResponderEliminar¡Felicidades y suerte en el concurso!
Hola, María Pilar. Muchas gracias me alegro de que te haya gustado la historia, me pilló el reloj, y por poco la tengo que dejar para la segunda quincena, así que está más hilvanada que bien cosida.
EliminarSaludos y suerte también. 🎄🖐🏼
El anónimo soy yo, el navegador no me logueaba.
EliminarÚnicamente quienes están con un paso en Fronteras Indecibles y otro en Lo Tristemente Palpable, poseen suficientes recursos para saber defenderse, tal y como es el caso de la protagonista (¡lo siguiente que apuesto que hará en el internado, seguro que matricularse en esgrima, bravo por ella!) En el antepenúltimo párrafo, pone "mimetizado" y si es Ella, habría que cambiarlo (¡jugarretas que juegan los teclados con sus poltergeists!)
ResponderEliminarLo que más me gustó (¡dada mi profunda pasión por la upirología!) es que esté en demarcación de Valaquia y próximo el internado seguramente al desfiladero de Borgo🧛♂️
Un cóctel apetecible en el antiguo país de Los Voivodas.
Recibe Mis Consideraciones Más Distinguidas!!!!
E l P o r t o v e n t o l e r o 🕴
Hola, Juan. No entendía muy bien tu apreciación sobre la protagonista y su mimetización. Me volví a leer la historia y seguía sin caer, pero a la tercera me di cuenta del origen de ese mal y he reconstruido todo el primer párrafo que ha sido el causante de todo. Así que te agradezco el comentario porque una cosa es lo que uno piensa y otra diferente como queda plasmado con palabras: y la tercera es que, si lo lee otro, a veces ni se entiende o queda de lo más ambiguo. 😂
EliminarSaludos y suerte 🎄🖐🏼
También soy yo el puñetero anónimo 💩🔫
EliminarLos niños son siempre muy crueles con las diferencias ajenas! Vaya un susto se llevaron los fantasmas de pega al ver a Enry, uno de verdad! Je, je! Y es que con ciertas cosas no se juega! Ja, ja! Un abrazote y mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarHola, Marifelita, si que pueden ser crueles los niños pero yo creo que más por descuido o dejadez de sus padres. Me alegro de que te haya hecho gracia la historia, no todos los amigos invisibles son imaginaciones. 👻
EliminarSaludos y suerte. 🎄🖐🏼
Muy buena historia que al final devela quién es verdaderamente ese amigo Enrique.
ResponderEliminarMuchas veces los niños suelen ser crueles con las diferencias físicas o enfermedades de otros niños, me gustó mucho tu historia, saludos.
PATRICIA F.
Hola, Patricia, gracias. Sí, yo también quería romper una lanza por los niños marginados y, un autista con un fantasma como amigo, me pareció una buena jugada. 👻
EliminarSaludos y suerte. 🎄🖐️
Estupendo, JM. Un cuento muy ingenioso con muy buen mensaje. Me ha encantado. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarHola, Marta. Me alegro de que te haya gustado esta historieta.
EliminarSaludos y suerte también. 🎄🖐🏼
Espléndido! Muy buen ritmo, mejor suspenso, y esa pequeña trampa al lector de hacernos creer que Enry es el amigo invisible de todos los niños, para descubrir junto con los cuatro malvados, que es un verdadero fantasma. Me ha encantado y por supuesto también me gustó reírme de los malvados. Felicidades. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Juana. Me alegro de que te haya gustado esta historia de fantasmas y si además te ha hecho reír eso es un plus. Ir a asustar y salir por patas no tiene precio. 😂
EliminarSaludos y suerte. 🎄🖐🏼
¡Hola JM! Al principio no sabía que estaba pasando, ya cuando avanzaba la historia empecé a imaginar que debía tratarse de algún tipo de amigo invisible. Y, al final, nos descubres que, realmente, el ente que lo acompaña siempre es su tatarabuelo, que parece que está cuidando de él desde el más allá. Una historia muy buena que te tiene en suspense hasta que termina.
ResponderEliminarUn saludo y suerte.
Hola, Rocío, esa era la estratagema, la de crear una ambientación un tanto truculenta y ambigua, pero con su toque de humor. Me alegro de que te haya entretenido.
EliminarSaludos y suerte también. 🎄🖐🏼
Al principio creí que iba por otros derroteros. Magnifico suspenso de principio a fin, con una trama que atrapa al lector. Muy ingenioso, me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Nuria, gracias. Me gusta jugar al despiste como recurso para mantener la atención: luego, que lo consiga o no, ya es otra historia.
EliminarSaludos y suerte. 🎄🖐🏼
Hola, JM. Genial historia, reconozco que no vi venir el sorprendente final. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarHola, Enrique, gracias. Sí, me gusta jugar un poco al despiste como recurso para mantener la atención y si lo consigo me doy por satisfecho.😅
EliminarSaludos y suerte también. 🎄🖐️
Hola, JM, me ha parecido un relato algo inquietante por los acontecimientos que va narrando y lo terrible que parece el futuro para ella, y su amigo inseparable, que desde luego se percibe que está solo en su cabeza, hasta que al final revela esa aparición fantasmal del tatarabuelo.
ResponderEliminarHay cierta incongruencia sobre el sexo del personaje principal, a veces dejas ver que es niña y otras que es niño, supongo que son travesuras de los fantasmas, ja, ja.
Que pases una navidades alegres y el 2024 entre por la puerta grande de la felicidad.
Hola, Harolina, por ahí iban algo los tiros. El crear una atmosfera algo inquietante y truculenta para mantener la atención a los detalles. Y sí, tienes toda la razón, en cuanto a la incongruencia del género del protagonista (también me lo comentó Juan) y he necesitado releer la historia dos veces porque como yo lo tenía claro en mi cabeza no me daba cuenta de que no estaba bien expresado con palabras. El fallo estaba en el primer párrafo, mal puntuado y ambiguo en las concordancias de género; así que lo he rehecho para que ahora ya quede más claro y evitar una confusión que no viene a cuento. Muchas gracias por comentármelo.
EliminarSaludos y suerte e igualmente. 🎄🖐🏼
Hola JM Vanyav que relato mas interesante la verdad es que el final no tiene precio. Todo lo demás también nos lleva a una historia llena de luces y sombras muy bien llevada. Suerte. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Ainhoa, muchas gracias. Tiene sus cosillas la historia, pero el final he intentado que fuera más bien gracioso.
EliminarSaludos y suerte. 🎄🖐🏼
Un relato que desconcierta al principio, pero según avanza la historia todo se va aclarando hasta llegar a ese simpático final con su tatarabuelo como acompañante .
ResponderEliminarUn abrazo JM Vanjav
Puri
Hola, Puri, yo a falta de un buen estilo literario, uso el despiste como recurso y con un toque de humor fantasmagórico. 👻
EliminarSaludos y suerte. 🎄🖐️
Pobrecito, que bajaran sus notas es lo normal. Sus padres, locos, o eso parece. Los tutores, sin comentarios. Que a Enrique sólo lo veía él, no me sorprendió quien era. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarHola, de la Flor, me alegro. Sí, hay infancias que se parecen a las de los protagonistas de Dickens, pero siempre se puede salir adelante aun siendo autista con la ayuda de un antepasado fantasma. 👻
EliminarSaludos y suerte. 🎄🖐️
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEse Enry, de infortunio en infortunio pero con el corazón a flor de piel por lo que pudiera pasar. Los niños son crueles, pero me temo que estos ya se lo pensaran unas cuantas veces, y si no ahí estará Enry para recordárselo.
ResponderEliminarMuy buen relato, JM.
Feliz Navidad y un fuerte abrazo
Hola, Pepe. Empiezo el año contestando tarde (para no perder esa mala costumbre). Me alegro de que te haya gustado esta trama un tanto truculenta y, por cierto, congrats por el tintero.
EliminarSaludos y buen año.
Hola... Pues, la verdad, al final los bravucones no lo resultaron tanto. El tío abuelo les enseñará algunas lecciones antibullying que de seguro les serán muy provechosas... Excelente relato. Saludos.
ResponderEliminarHola, Octavio. Muchas gracias, yo también soy de los que les gusta que los bravucones prueben su medicina y con propina.
EliminarSaludos y buen año.
Ese final me ha dejado perpleja. Aunque algo me olía con lo del amigo imaginario. Diferente y personal tu aporte, muy bien :)
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, Volarela. Espero que esa perplejidad sea más bien como sorpresa. Sí, daba pistas con lo del amigo imaginario y más siendo autista el protagonista.
EliminarSaludos y buen año.
Por cierto, congrats por el tintero. 🥂👍
EliminarTu relato tiene un ritmo narrativo magnífico, que hace que se pueda leer rápido y casi sin darse cuenta. Me gusta mucho que gracias a su amigo Enrique el protagonista tenga una cierta ventaja sobre esos abusones y les pueda dar su merecido. Y por supuesto el plot twist final no lo esperaba para nada, y da un cierre estupendo a una historia de por sí muy sorprendente. Enhorabuena y mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarHola, Mi Pequeña Alejandría, muchas gracias. Aparte de que lo positivo de tu comentario, acerca de mi relato, me gusta la forma que tienes de hacer la reseña; directa y concisa, pero sin dejarse nada relevante (me da que tienes muy buena práctica en ello).
EliminarSaludos y buen año.
Una divertida historia de aventuras porque esta escrita en primera persona. porque un narrador externo vería más bien un drama: Un asperger sin padres , con tutores malos, en una escuela tenebrosa, rodeado de abusones y sin Enrique, hubiera sido un drama sino una tragedia. El tío le salva de algo así que de los abusones.
ResponderEliminarAl principio se puede pensar que es un amigo invisible, aunque no se induce a ello, solo se revela qie es invisible. pero cuando avanza el texto y resulta wue la escuela no es de magia, ya hay que sospechar que lo sobrenatural ya ha aparecido hace rato. Aunque si uno está metido en la historia no da tiempo a sospechar nada.
abrazo, suerte en el tintero y feliz navidad
Hola, Gabiliante, muchas gracias. Has hecho un resumen perfecto de la trama y en cierto modo salvando una gran distancia, parece que mi protagonista es descendiente de uno de esos niños de Dickens; al menos, el punto de una infancia complicada, si es próximo.
EliminarSaludos y buen año.
Me gustó y sobre todo el final, donde se comprueba que, efectivamente, el protagonista no veía alucinaciones. Muy bueno y bien narrado.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso. Un saludo.
Hola, Cynthia, muchas gracias. Esa era, precisamente, la trampa de la historia, que era real, fantástico o sobrenatural.
EliminarSaludos y buen año.
Interesante revelación final.
ResponderEliminarSu amigo y aliado resultó ser alguien de la familia, convertido en fantasma.
Que buen y merecido susto tuvieron los atacantes.
Me gusta que un personaje con Asperger haya recibido la empatía de alguien. Es algo que está despertando consciencia.
Saludos y felices fiestas.
Hola, Demiurgo, muchas gracias. Yo también soy de esa idea, ser diferente no es sinónimo de ser inferior y quien así lo crea tiene bien merecido un escarmiento.
EliminarSaludos y buen año.
Interesante leer lo que escribes
ResponderEliminarun saludo divino
Hola, Recomenzar, muy agradecido.
EliminarSaludos y buen año.
Hola Vanjav. No me esperaba esa sorpresa final, el misterioso Enrique guardaba un secreto que solo el protagonista conocía, un giro final hacia el misterio y la muerte. Buen relato. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge, muchas gracias. Que tú no intuyeras mi truco final es todo un halago. Y, por supuesto, me alegro de que te haya gustado la historia.
EliminarSaludos y buen año.
¿Quién lo iba a imaginar ese final tan sorprendente?, llámame ingenua, pero no lo vi hasta el final. Y me alegra la venganza contra las novatadas, por enterao jeje
ResponderEliminarBueno, JM un abrazo tardío y hasta pronto.
Hola, Tara, para nada. Sorprender, para bien, es un buen cumplido. En la contranovatada también estoy contigo, los abusones deben probar su propia medicina. 😂
EliminarSaludos y nos leemos, para tardío yo que contesto los mensajes como si tuvieran que dar la vuelta al mundo en galeón. 🖐️
Muy bueno! Cuantos participantes!
ResponderEliminar