Ahora que ya esta implantada la época informática y se aplica en todos aspectos cotidiano es curioso ver como sus detractores se aprovechan de ella para trabajar menos que nunca y tener mas beneficio fácil.
Ya no se acuerdan de las horas tecleando la máquina de escribir para hacer informes de aspecto monótono y faltos de vistosidad. Ahora con las herramientas ofimáticas, incluso las que son gratis, todos ellos saben fusilar un documento, copiar y pegar, maquetarlo corregirlo, insertar imágenes, añadir música, vídeo o lo que haga falta. Y a la hora de presentarlo, enviarlo por correo electrónico, imprimirlo o colgarlo de Internet.
Pues todavía se oye a menudo que lo odian y lo de antes era mejor. Yo puedo entender la nostalgia, el trato mas directo con las personas, los trabajos manuales ofimáticos y demás cuestiones. Lo que me me revuelve (y a veces no lo disimulo, je je je) es que gracias a estos adelantos se pueden permitir tener jornadas de dos horas efectivas de trabajo y las otras seis para navegar por Internet, tomar cafés, montar tertulias o pasar lista a las amistades y familia por teléfono.
Para mas contradicción, esos mismos, si un día el fax esta fuera de servicio o la impresora averiada, ponen el grito en el cielo diciendo que son una mierda. En vez de agradecerles las horas de trabajo que les ahorran diariamente. Si, son nostálgicos del tiempo libre y de no asumir sus propias responsabilidades, para echar la culpa a una máquina que sólo hace lo que la mandan.
Yo no voy a discutir de gustos, pero algo que no me guste no tiene por que ser malo ni viceversa. Y si es algo que me ahorra tiempo y trabajo, me parece que, difícilmente, pueda ser malo.
Ya no se acuerdan de las horas tecleando la máquina de escribir para hacer informes de aspecto monótono y faltos de vistosidad. Ahora con las herramientas ofimáticas, incluso las que son gratis, todos ellos saben fusilar un documento, copiar y pegar, maquetarlo corregirlo, insertar imágenes, añadir música, vídeo o lo que haga falta. Y a la hora de presentarlo, enviarlo por correo electrónico, imprimirlo o colgarlo de Internet.
Pues todavía se oye a menudo que lo odian y lo de antes era mejor. Yo puedo entender la nostalgia, el trato mas directo con las personas, los trabajos manuales ofimáticos y demás cuestiones. Lo que me me revuelve (y a veces no lo disimulo, je je je) es que gracias a estos adelantos se pueden permitir tener jornadas de dos horas efectivas de trabajo y las otras seis para navegar por Internet, tomar cafés, montar tertulias o pasar lista a las amistades y familia por teléfono.
Para mas contradicción, esos mismos, si un día el fax esta fuera de servicio o la impresora averiada, ponen el grito en el cielo diciendo que son una mierda. En vez de agradecerles las horas de trabajo que les ahorran diariamente. Si, son nostálgicos del tiempo libre y de no asumir sus propias responsabilidades, para echar la culpa a una máquina que sólo hace lo que la mandan.
Yo no voy a discutir de gustos, pero algo que no me guste no tiene por que ser malo ni viceversa. Y si es algo que me ahorra tiempo y trabajo, me parece que, difícilmente, pueda ser malo.
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