Mi primer berrido es contra las interminables obras municipales, mal común a todas las ciudades que conozco, y me aventuro con las que no. En estos desapacibles días, por un lado tenemos las inclemencias naturales, viento, lluvia, sensación térmica... y por otro las urbanísticas, obras, andamios, barreras arquitectónicas (bolos y bolas)... La combinación de lo natural y de lo urbano es una mezcla explosiva que requiere toda nuestra atención para evitar sufrir un accidente. Como somos muy listos y hábiles, generalmente salimos indemnes; pero algo de lo que nadie que yo conozca, y porfío que nadie desconocido, se libra de pisar una, dos, o tres, o ... baldosas trampa, en el desplazamiento a nuestro destino. Es mas humillante que perjudicial, y el humor que se nos pone es desproporcionado, pero en estas situaciones nos permitimos ese desahogo para compensar nuestra impotencia al clima, al estado de las calles y sobre todo a no podernos quedar en casa en días así.
Segundo alarido: La cantidad no indica variedad, me refiero a la TDT. Recuerdo cuando me quejaba por sólo poder ver una cadena y perderme todas las series y películas de la dos. En aquella época las horas de visionado estaban bien definidas y permitía realizar otras actividades, con la incorporación del UHF (la 2) la cosa mejoró, mas variedad y series míticas, pero el horario de visionado no aumento en gran medida. Me salto el período de las privadas, no me parece relevante para este momento, y voy al estado actual. Tenemos 40 canales libres de TDT o más, y a la hora de la verdad hay grandes franjas horarias sin programación. Todo se aglutina en las horas de mas audiencia y, por ejemplo, de madrugada nos podemos morir de asco si no nos gusta la tele-venta, los horóscopos o adivinas y los concursos amañados con números telefónicos caros. Si se duerme bien, lo pasamos por alto por que no nos enteramos, pero si hay una situación que nos impide dormir y necesitamos entretenimiento, es preferible poner la radio a gastar los botones del mando a distancia del televisor zapeando en busca de lo que no vamos a encontrar.
En invierno también hay flores |
Podía seguir aullando, pero por mucho que me enrolle y por decir mas tonterías, no voy a evitar pisar otra baldosa trampa cuando vuelva a casa y, si además, tuviera problemas para conciliar el sueño, no iba tampoco a encontrar una cadena de Tv que me ayudara hasta que Morfeo me levantara la imaginaría.
A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán? Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será.
ResponderEliminarun saludo de invierno
Aunque no actuemos como tales, somos de momento, seres naturales. Y como tales, nuestra existencia también está marcada por las estaciones. Lo que cada uno llevamos dentro determina como afrontamos y nos enfrentamos a la Vida.
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