Creo que los conceptos de radicales, intransigentes o extremistas los tenemos asociados a grupos, agrupaciones, sectas o religiones; en concreto a sus adeptos, afiliados, simpatizantes... Nos olvidamos de una inmensa mayoría de extremistas que no están en esos colectivos, nosotros mismos.
Hoy en día, un uso de las redes sociales es el boicot (linchamiento) a una empresa, tienda o departamento de alguna entidad, en cuanto hemos tenido un problema con ellos. Partiendo de la premisa que tenemos razón, normalmente es así, magnificamos nuestra demanda para que con su repercusión obtener qué, en concreto?
No ponderamos la situación, afortunadamente ninguna es de vida o muerte, y vemos que si con nosotros han metido la pata con otros 100.000 o 1.000.000 lo han hecho bien; es decir, con un margen de error insignificante. Pero como nos ha tocado a nosotros ya merecen que los cortemos la cabeza públicamente. Si a nosotros mismos, cada vez que hemos hecho una pifia en el trabajo, nos hubiera pasado esto creo la mayoría estaríamos en el paro.
Sinceramente creo que no deberíamos sacar los pies del plato, el tema se arreglará y echar leña al fuego no nos da más razón por mayor apoyo que tengamos. Si no hubiera otra vía pues a quemar el bosque para espantar los lobos. No hablo por hablar ni por defender multinacionales, la fuerza solo cuando sea necesaria. Se lo que es estar en situación de indefensión durante meses y curiosamente su enlace comercial de Twitter, en correos privados dando mis datos, me encauzó el tema y se fue resolviendo.
Por experiencia lo primero que valoro antes de reclamar es si me merece la pena el tiempo que puedo perder en dar explicaciones. Después, ya se que hasta el segundo o tercer filtro de atención, no voy a conseguir nada. Al final, me darán la razón y todo arreglado menos el tiempo perdido, el cabreo me lo ahorro yo mismo. Ellos no son tontos, manejan estadísticas y saben que actuando así mejoran sus ratios de calidad, además, a mayor nivel mejor atención por parte de quien atiende.
JM Vanjav WordPress
Hoy en día, un uso de las redes sociales es el boicot (linchamiento) a una empresa, tienda o departamento de alguna entidad, en cuanto hemos tenido un problema con ellos. Partiendo de la premisa que tenemos razón, normalmente es así, magnificamos nuestra demanda para que con su repercusión obtener qué, en concreto?
No ponderamos la situación, afortunadamente ninguna es de vida o muerte, y vemos que si con nosotros han metido la pata con otros 100.000 o 1.000.000 lo han hecho bien; es decir, con un margen de error insignificante. Pero como nos ha tocado a nosotros ya merecen que los cortemos la cabeza públicamente. Si a nosotros mismos, cada vez que hemos hecho una pifia en el trabajo, nos hubiera pasado esto creo la mayoría estaríamos en el paro.
Sinceramente creo que no deberíamos sacar los pies del plato, el tema se arreglará y echar leña al fuego no nos da más razón por mayor apoyo que tengamos. Si no hubiera otra vía pues a quemar el bosque para espantar los lobos. No hablo por hablar ni por defender multinacionales, la fuerza solo cuando sea necesaria. Se lo que es estar en situación de indefensión durante meses y curiosamente su enlace comercial de Twitter, en correos privados dando mis datos, me encauzó el tema y se fue resolviendo.
Por experiencia lo primero que valoro antes de reclamar es si me merece la pena el tiempo que puedo perder en dar explicaciones. Después, ya se que hasta el segundo o tercer filtro de atención, no voy a conseguir nada. Al final, me darán la razón y todo arreglado menos el tiempo perdido, el cabreo me lo ahorro yo mismo. Ellos no son tontos, manejan estadísticas y saben que actuando así mejoran sus ratios de calidad, además, a mayor nivel mejor atención por parte de quien atiende.
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