En la actualidad hay una tendencia a sobrevalorar el aspecto sobre la forma de las cosas. Así, el contenido, queda relegado, sea bueno o malo, al escaparate de su envoltorio; no hay más que ver las tendencias culinarias, creando obras de arte visual, con cantidades mínimas de alimento y enmarcadas en platos sobredimensionados así como sus largas denominaciones.
(Nos llena más el rimbombante nombre de la comida que el lienzo comestible presentado en el plato)
En las artes, la línea estilo contenido, es tan discutible como difusa y, como siempre, una simbiosis de ambas, redunda en una mejora de la obra. Adentrándome en la literatura y no siendo un lector convulsivo ni habitual, más bien ocasional discontinuo, primo la historia sobre el gusto y la riqueza expresiva del autor.
No pienso convencer a nadie ni imponer mi criterio, simplemente expreso mi punto de vista, y además esta entrada me servirá de ejercicio practico. ;)
Lo primero es tener claras las cosas:
(Ya pecamos bastante de necios, al sentirnos orgullosos de nuestra suficiencia y soberbia, cuando criticamos donde sólo deberíamos opinar) :P
Por último, si las tonterías son breves, no son menos tontas pero si más cortas. Perogrullo LoL
(Nos llena más el rimbombante nombre de la comida que el lienzo comestible presentado en el plato)
En las artes, la línea estilo contenido, es tan discutible como difusa y, como siempre, una simbiosis de ambas, redunda en una mejora de la obra. Adentrándome en la literatura y no siendo un lector convulsivo ni habitual, más bien ocasional discontinuo, primo la historia sobre el gusto y la riqueza expresiva del autor.
No pienso convencer a nadie ni imponer mi criterio, simplemente expreso mi punto de vista, y además esta entrada me servirá de ejercicio practico. ;)
Lo primero es tener claras las cosas:
- Por ejemplo, para un caramelo o un perfume, es fácil: Por mucho que llame la atención el envoltorio, si el dulce o el aroma, respectivamente, no nos gustan, la predisposición inicial se vuelve contra ellos y nos sentimos, además de defraudados, engañados y traicionados.
- Un lector habitual necesita ser enganchado por aquello a lo que dedica diariamente horas; así, el estilo de lo que lee, le resulta más importante que la transcendencia de lo que que acontece en la narración. Un chiste malo, contado con gracia, puede hace reír, viceversa no.
- Un lector ocasional busca una historia que enganche por su fondo, los giros, evocación... si quisiera estilo leería una novela clásica.
- Un relato que aúna, tanto una narrativa amena como una trama llamativa, cuenta con el beneplácito de todos sin discusión. Pero, como todo el monte no es orégano, tenemos que seleccionar el resto de hierbas por sabrosas, vistosas o aromáticas.
(Ya pecamos bastante de necios, al sentirnos orgullosos de nuestra suficiencia y soberbia, cuando criticamos donde sólo deberíamos opinar) :P
Por último, si las tonterías son breves, no son menos tontas pero si más cortas. Perogrullo LoL
Thanks very much :)
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