Se dice que una buena casa se empieza por los cimientos y para una construcción material es perfectamente correcto. La vida es una edificación que mezcla tanto lo percibido con los sentidos como lo sentido.
Por esta amalgama de sensaciones y sentimientos es fundamental tener una buena base, pero más importante es tener claro que va en la cúpula. Como coloquemos nuestras prioridades será el sentido de nuestra vida y podremos inclinarnos a tener mas apariencia que fondo (así opera la mayoría) o, por el contrario, que nos importe mas nuestro interior que lo meramente visible.
Siempre podemos escoger entre ser superficiales o profundos, yo prefiero profundo que dice tonterías a superficial profundo. En nuestras bases están las pautas religiosas que tienen sus principios buenos (no robar, matar, etc...), pero que llevan un direccionamiento y sumisión sin crítica, usando como arma el miedo al mas allá. Esto último esta fuera de lugar y es totalmente anacrónico. Se puede ser buena persona sin ser religioso y todo lo contrario basándose en la fe (no creo que necesite poner ejemplos).
Mi pirámide tiene muy clara su cúspide, mientras que algunos de mis mas arraigados cimientos han sido cambiados, a lo largo de los últimos años, y no por eso, he sufrido una crisis de identidad. Una persona no es una casa y el orden de prioridades, los planos y planes de nuestra vida los tenemos que decidir nosotros no los demás.
Opiniones y reflexiones con una lógica un poco particular. Simplezas con sal y pimienta para que no sean tan simples. Tonterías profundas que no teorías profundas.
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lunes, 5 de octubre de 2009
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