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sábado, 16 de diciembre de 2017

Epílogo del Encantador de serpientes by MABN

Epílogo del relato Encantador de serpientes del blog TEJIENDO LAS PALABRAS de MABN

Él tenía un negocio boyante y no perdía ocasión de presumir de ello en cada taberna que pisaba, su verdadero vicio, bebiendo y tonteando con las mesoneras.
Llegó su fama de buen bebedor más lejos que la de encantador, de ahí que cada nuevo pueblo le ofreciera mejores servicios para que gastará todo lo recaudado en su espectáculo.


Después de una temporada, la auto suficiencia de Él, en plena borrachera, le hizo sustituir a su fiel Almha por Sheva, la joven y hermosa mesonera del lugar con ansias de conocer mundo. Creyéndose el centro del mundo, desdeño a su fiel y noble asistente por la exuberante lugareña; a lo que el mesonero, sospechosamente, aceptó de buen grado.


Pasaron algunos años y a la mejor taberna de estos lares, muy conocida por sus buenas bebidas y viandas, llegó un envejecido encantador de cobras desdentadas. La cocinera y dueña, en otro tiempo conocida como Almha, le fió un plato de sopa y trozo de pan para que Èl y su serpiente pudieran seguir camino con algo más que aíre en las tripas.


El encantador venido a menos no la reconoció, pues la campesina, al verse libre de sus falsos encantamientos, recobró la cordura y el buen sentido. Por su buen trabajo y dedicación, el propietario de la posada, acabó adoptándola como hija propia dejándola a cargo del negocio en su vejez.


Sin maldad, más bien, curiosidad femenina Almha preguntó al encantador por Sheva. Él maldijo y juró varias veces antes de responder, maldita pécora, fría y venenosa serpiente... Me dejó en cuanto nos alejamos lo suficiente de aquí, robándome hasta la última moneda de cobre. Por lo que se ha ido mejorando de posición a medida que se iba alejando, gracias a los hombres que en su camino caían engatusados como perrillos falderos.


Esa noche, el encantador de serpientes, calentó las tripas y agradeció a la posadera su generosidad, siguió sin reconocerla (tal vez nunca se fijó en ella) aunque algo familiar le recordó levemente sus momentos de gloria pasada.

JM Vanjav WordPress

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