Opiniones y reflexiones con una lógica un poco particular. Simplezas con sal y pimienta para que no sean tan simples. Tonterías profundas que no teorías profundas.
Una de las ofertas veraniegas en un día soleado, en mi ciudad, es ir a la playa. Lo curioso es que en la arena al sol o en el mar a remojo, no sólo desnudamos nuestros cuerpos, hacemos lo propio con los hábitos. No me voy a extender, pero si voy a enumerar unas normas básicas de convivencia que se suelen incumplir. En esta ocasión somos nosotros los actores principales y no las instituciones que tanto suelo yo criticar.
Yo no voy a prohibir fumar en la playa, actualmente se ve menos y generalmente (sin intención de discriminar o señalar) mujeres con edad suficiente para suponerlas adultas y de comportamiento social adecuado. El problema no es que fumen, si no que luego y sin ningún reparo, entierran la colilla en la arena. A veces me ha faltado una cuenta de protección para no recriminar públicamente esa acción; de momento, la campana les ha salvado, pero es algo que me indigna. Con lo poco que cuesta llevar algo para recogerlas y luego tirarlas. En fin...
Otro detalle que creo que a nadie se le escapa es el de usar la orilla donde cubre poco como urinario infantil y con un poco más de agua para adultos. En esto, igual si el ayuntamiento debería ideal algún sistema de casetas, al igual que puso las duchas, para aliviar esas aguas menores y llegado el caso mayores. Lógicamente hablo de la playa donde voy y no generalizo, aunque me temo que si podría hacerlo...
Ahora viene el derecho de propiedad o el reparto de la arena. Aquí, como madrugador, me suele pasar que al llegar tengo por los cuatro costados una basta extensión de arena libre. En cambio cuando vuelvo, después de haber estado un buen rato a remojo, me encuentro, sobre todo si el día es de pleno sol, que tengo problema hasta para estirar la toalla. Lo curioso es que a escasa distancia suele haber calvas de arena donde aposentarse, pero por un motivo desconocido para mi, predominan zonas abarrotadas como si fueran vip y otras desérticas que nadie quiere. En fin, también...
El aparcamiento es otro rasgo que nos define. El ir pronto te permite escoger sitio y, por supuesto, dejar el coche bien aparcado. A medida que transcurre la mañana, el objetivo va siendo dejar el coche y la forma o la cortesía de espacio desaparece. Así que cuando llega medio día y, los que no queremos abrasarnos al sol nos vamos, solemos encontrar vehículos a uno o ambos lados tan ceñidos que es imposible acceder. Si es en la puerta del conductor nos queda la otra pero cuando la del copiloto está en la misma situación sólo queda morderse el cabreo y esperar que alguno de ellos venga y podamos dejar el aparcamiento en paz.
Yo pienso que si actuamos así, en todos o alguno de los puntos comentados, deberíamos reflexionar cuando criticamos a una sociedad y a unos políticos; porque igual, nosotros haríamos lo mismo que ellos, si tuviéramos un cargo público. Si pedimos instituciones y dirigentes ejemplares también nosotros, al menos, deberíamos dar ejemplo de civismo y convivencia.
Una comedia bien hecha con una puesta en escena acorde no tiene nada que envidiar a ninguna película del genero que sea. Yo lo puedo decir y estar equivocado, pero con el paso de bastantes décadas cinematográficas, han quedado ya como clásicos, joyas de la comedia que refrendan mi afirmación.
En el caso de Un golpe brillante, a pesar del expresivo título y de una pareja protagonista de lo más popular y convincente, en mi opinión, por supuesto, nos han dado mucho gato y poca liebre. Que desperdicio, que guión mediocre, que diálogos pobres de gracia y encima con bises de frases supuestamente graciosas, que puesta en escena sin gusto y hasta un par de fallos de continuidad que no son de recibo.
Yo creo que aprovechar el tirón de dos caras conocidas, que además han demostrado su solvencia y buen hacer en otras producciones, es la única baza ganadora de algo hecho sin saber y, peor todavía, sin gusto. La ves porque te gustan las comedias, aunque sean románticas :) y porque los protagonistas son buenos interpretes con gancho.
Por lo tanto, a mi modo de ver y sin predisposición alguna previa mientras la visionaba; creo que el robo más que en la película, se le hace al espectador por desaprovechar, con todo lo que estaba encima de la mesa, de presentar un trabajo digno y no una redundancia de la mediocridad.
Las películas de acción son básicamente cine de evasión y juzgarlas por otra cosa, que no sea el entretenimiento o no que producen, es marear la perdiz. El protector "HOMEFRONT" para no confundirla con otras del mismo título, ofrece eso mismo, casi dos horas de diversión para aquellos que no quieren complicaciones ni mensajes añadidos durante su visionado.
La trama de la película no es original, viudo con hija pequeña en un pueblo apartado evitando un un pasado de violencia, etc... Eso si, es de agradecer que la protagonista infantil no sea la típica niña repipi y salga airosa en su papel. A Jason lo conocemos de sobra y siendo un actor de acción también tiene dotes interpretativas, igual por eso mismo es uno de los favoritos dentro del genero. Para mi, el tempo de la trama decae de vez en cuando como si de otro tipo de película fuera, pero tampoco de manera excesiva. Los tópicos también están presentes, pero al ser esperados, tampoco llegar a cargar. El desarrollo de la trama y su desenlace es de receta clásica, así que si los ingredientes son buenos el resultado no debe fallar.
Los secundarios, sin tener tampoco mucha trascendencia, no desentonan en sus papeles manteniendo la justa consistencia de la trama. El añadido de algunos giros en la trama, como variación de la formula habitual, consiguen que los cien minutos de metraje sean su justa medida de proyección.