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viernes, 23 de septiembre de 2011

El 3D en el cine y en casa

Llevamos una temporada de estrenos masivos 3D en los cines, una estrategia para aumentar la recaudación tanto por las productoras como por las salas de exhibición. La moda, en algunos géneros cinematográficos plagados de efectos especiales, realmente le da relieve al mismo, consiguiendo que historias planas de guión tengan algo mas de presencia. Al final son fuegos de artificio, eso sí, que virtualmente salen de la pantalla .


Como en todo, el uso apropiado de los recursos con buen oficio, y una historia con un guión elaborado, consiguen ser la excepción de mi párrafo anterior. En el apartado técnico, habiendo dinero, el éxito esta prácticamente asegurado; hoy en día se puede simular y hacer creíble lo que sea. La piedra del camino con la que suelen tropezar las producciones y superproducciones, sigue siendo el argumento y la forma de contarlo; Tanto dinero por medio para oír diálogos de comic en historias mecanizadas como hamburguesas.


Haciendo referencia a la proyección de películas 3D, las salas no suelen compensar (hablo de las que yo he presenciado) la perdida de luminosidad por el uso de las gafas polarizadas; las películas se ven mas oscuras en las escenas nocturnas o sombrías y escasas de brillo en el resto. Por otra parte, están los cines, que alquilan unas gafas mastodonticas e incomodas y hace pensarse el pago suplementario e, incluso, el hasta el visionado de la película.


Ahora le toca a la televisión incorporar esta prestación y ya hay marcas y modelos que lo presentan. En especial están estas dos, cada una con un sistema diferente para intentar obtener el mismo resultado del 3D:
La primera, Samsung, emplea el sistema denominado activo y precisa de unas gafas especiales y mucho mas caras que las simplemente polarizadas. El efecto conseguido esta logrado y el sobre precio de los modelos es su mayor inconveniente.
Por su parte, LG utiliza el sistema pasivo mas afín al de los cines y mas económico que activo tanto en los modelos de TV como en las gafas.


En el aspecto técnico, básicamente, el sistema activo conmuta alternativamente la visión de cada ojo para lograr el efecto de profundidad, de ahí el encarecimiento y especialización de las gafas necesarias. El pasivo utiliza los propios cuadros de la imagen del televisor polarizandolos y superponiéndolos, similar al proceso de los cines, las gafas, por lo tanto, también son las mismas.


Mi apreciación personal, mientras no esté logrado técnicamente y asequible de precio un sistema 3D sin gafas de ninguna clase, se decanta por el aporte de LG; la ligereza y comodidad de las gafas hace que sean menos molestas, además estos televisores si compensan el brillo, ganando el visionado en viveza. El efecto de paso 2D a 3D de una emisión normal provoca la sensación de ver la televisión como a través de una ventana con fondo, donde se puede regular la profundidad y ángulo siendo una nueva forma de ver, en  mi caso, las películas. Por su parte, en  los documentales, los paisajes y la fauna son su máximo exponente y el realce del 3D es palpable. Uno de los puntos negativos que achacaban al sistema pasivo era la perdida o limitación de la definición por el empleo de un cuadro por por ojo, bueno yo no he contado las lineas y no he notado perdida de calidad entre el 2-3D y el resultado de la experiencia me ha resultado satisfactoria. Por supuesto, tampoco es para estar todo el día con las gafas puestas, en el sistema tradicional también se ve estupendamente la TV.

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