A cierta altura de la vida conviene tomarse un respiro de tanto estrés y tanta parafernalia deshumanizante, que nos envuelve la existencia, para reflexionar un poco; solamente un poco, acerca de nosotros mismos y nuestras facultades, de las que damos por hecho que tenemos, y mantenemos intactas. La desidia para hacer este tipo de ejercicio seria otro síntoma de nuestra robotización. [:-]
Una forma sencilla de conocer el grado de madurez de nuestra autosuficiencia, es plantearnos tres preguntas fáciles, pero cuya respuesta puede no serlo tanto:
- Sabemos realmente lo que queremos? Si decimos que Si podemos presumir de haber superado la primaria de nuestra madurez.
- Y sabemos de que forma o manera queremos obtener aquello que deseamos? La cosa se complica, estamos en el grado medio y es normal. Aquí de nada nos serviría copiar o hacer trampas, si no tenemos clara la respuesta, dudar o contestar negativamente nos dejaría sin superar nuestro propio bachillerato. En cambio, si hemos sido afortunados y nuestra respuesta ha sido afirmativa podemos enfrentarnos a la siguiente pregunta que nos podría dar el nivel superior, una licenciatura personal.
- Podemos ser nosotros mismos y aceptarnos así o necesitamos imitar algún estilo? Esta tiene trampa, podemos decir que si sin dudar y presumiendo de ello, pero luego no se podría ir de deprimido o eufórico por la vida. La madurez personal que nos hace autosuficientes evita, precisamente, que caigamos en esos extremos por mal o bien que nos vayan las cosas.
- El potencial que creemos que tenemos (hemos superado las tres afirmaciones anteriores)lo utilizamos en nuestro beneficio, para obtener aquello que deseamos, manipulando a otros, que andan dudando con la respuesta a la primera de las preguntas, y no saben que significa la segunda?
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