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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Las tres nadas

Una forma de definir el vacío absoluto es hacer uso de las tres nadas. Nada de materia, nada de luz y nada de temperatura. Esto es algo que existe de por si sin necesitar masa, espectro visible o calor.

Son tres elementos, por llamarlos de alguna manera , que forman parte de los temores mas arraigados, y en conjunto, posiblemente, formen el mayor miedo que podamos imaginar.

Un vació absoluto es el abismo invisible e infinito (menuda combinación) que, en momentos críticos, nos vemos ante él y debemos adentrarnos por muy oscuro, frio e inhóspito que nos parezca.

Aquí los consejos o la experiencia de poco o nada sirve. Contra una situación tan extrema no hay otra opción que tirar para delante y lo que sea será. No es cuestión de ser positivo o negativo simplemente realista.

El universo que es un espacio de dimensiones impresionantes (por no decir infinito) y seguro que tendrá zonas totalmente oscuras donde no llegue la luz de las estrellas, una inmesidad de vacio sin un átomo de materia y por supuesto sin calor alguno. Así que nosotros por muy importantes que nos podamos creer y por mucho que temamos a nuestro abismo particular, somos una mínima expresión de todo el conjunto.

Esta comparación no es consuelo pero sirve para ponernos un poco en nuestro lugar. El vacío tan inmenso que nos rodea (basta con mirar el cielo una noche estrellada) es mucho mayor que el que tanto nos asusta y, nosotros, formamos parte de él. Si las hormigas, al ser tan pequeñas dentro de su entorno, tuvieran la preocupación de ser aplastadas, no irían en fila y ni tan siquiera trabajarían y dejarían de ser hormigas.

Seamos nosotros personas y tengamos los pies en el suelo aunque sea en el mismo borde del precipicio
:-)

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