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lunes, 2 de noviembre de 2009

Las ventajas de ser mediocre


Esta claro que a todos nos gustaría destacar en algo, ya no digo ser el mejor, pero la realidad es, precisamente, ser del montón en todo. No somos dignos de mención en nada memorable pero tampoco suficientemente buenos haciendo cosas malas.  :-)

La primera ventaja es que, al no despuntar en nada, los mediocres son equilibrados y no pasan de la euforia a la depresión ni viceversa. La gama cromática va del gris clarito al gris mas oscuro, lo de blanco o negro es de los extremistas binarios.

Otra prebenda  de los tibios es que se adaptan a lo que sea, eso no quiere decir que les guste, afrontan dentro de su gris existencia las vicisitudes que la vida les depara. No es lo mismo que ser conformistas o derrotistas, amoldarse a las circunstancias y superar los imprevistos forma parte de nuestra evolución.

Cuesta asumir la condición de ser del montón, pero cuando se acepta esta cruda verdad, la botella es mas fácil verla medio llena. Quien es mediocre, prácticamente todos lo somos, si no lo acepta, o peor aun, se cree del grupo de los elegidos en algo, pierde la primera y la segunda ventaja.  :-)

Hay algo que se debe tener bien claro y que siempre se suele dejar en segundo plano. El no despuntar en nada y ser sólo uno mas, no tiene nada que ver con la calidad única como persona que se tiene intrínsecamente, en eso todos somos especiales (yo incluido ;-). Los sentimientos no tienen nada que ver con el envoltorio y se puede ser buena persona (aquí no me incluyo, soy honesto conmigo mismo, je je je), sin ser el número uno en nada.

[Es un tema repetitivo lo de catalogar las cosas por el recipiente mas que por su contenido. Las personas esto se nos da muy bien y somos, hasta crueles, con el aspecto de nuestros semejantes, olvidándonos que debajo del objeto de nuestro menosprecio hay un ser humano tan único y especial como nosotros mismos y seguramente con mejores sentimientos.]

En definitiva, por muy mediocre que alguien pueda sentirse, dentro lleva la esencia  de su personalidad que le hace ser tan importante como cualquiera, eso si, no se debe engañar y aceptar lo que es. Externamente ser corriente no es malo en absoluto, así somos casi todos, en cambio, el que internamente sea mediocre, de nada le sirve ser el número uno en algo, como persona no daría la talla.

Yo acepto mi mediocridad a veces, y otras, lo disimulo o viceversa, según tenga el día; de algo ha de servirme la escala de grises de mi condición, sin necesidad de competir con nadie; no como los que solo ven en blanco y negro.
:-)

Clave: El aspecto gris guarda toda la gama cromática que llevamos en el interior

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