Puede parecer una buena pregunta pero, si somos honrados con nosotros mismos, sabemos la respuesta y no necesitamos matizarla.
Parece cuento pero es la verdad, le damos tantas vueltas a las preguntas mas sencillas, que al final exponemos una tesis en vez de decir algo directo y simple.
En este caso concreto la respuesta es que, lúcidos o no, siempre estamos inspirados. Podemos estar mas espesos o menos elocuentes pero tenemos nuestras señas.
La pregunta correcta seria por qué nuestra elocuencia no esta al nivel deseado. Aquí si podemos contar la película que queramos o que creamos que es. Si siempre estuviéramos en lo mas alto, nuestros biorritmos se descompensarían y dejarían de ser cíclicos.
No hace falta marear mas la perdiz y, pasito a pasito, hay que andar el camino. Ya vendrán tiempos mejores y el trecho que tengamos realizado, por poco que sea, ya nos lo habremos quitado de delante.
Lo bueno si breve dos veces bueno y yo añado que si malo y breve la mitad de malo :-)
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