Después de una temporada, sin caer nada en condiciones, veo la última de Tom Cruise haciendo de astronauta en Oblivion. La verdad es que los papeles del T.C., haciendo el chiste fácil, son a la medida de su talla, mas discreto que convincente.
La historia tiene su miga pero la puesta en escena de la misma, a mi gusto, queda más mate que brillante. Con tantas incursiones como ha habido del cine en el genero de CiFi, esta muestra es una simple y distante estrella, cuyo brillo no arroja luz suficiente para catalogarla como relevante.
El entretenimiento también es limitado para justificar las más de dos horas de metraje, máxime necesitando una voz en off para dejar claro el desenlace.
Asimismo, yo tampoco me voy a enrollar más, alargándome sobre una mediocridad que aprueba sin llegar a convencer.